Ocalan aún no tiene defensores, denuncian sus abogados

Antes de meter a Abdalá Ocalan en el penal de Imaril, el Alcatraz turco, en el mar de Mármara, las autoridades de Ankara sacaron a los más de 200 reclusos que la ocupaban. Querían asegurarse de que el líder kurdo quedaba totalmente aislado, y tanto ahínco han puesto, que, a pesar de que un grupo de fiscales, acompañado por agentes secretos, militares y policías, comenzó ya a interrogarle, ni siquiera sus abogados han podido ponerse en contacto con él.

"Está totalmente incomunicado y carente de toda asesoría jurídica", ha declarado a EL PAÍS Victor Koppe, uno de los cuatro abogados del bufete que lo representa en Amsterdam. Los defensores que Ocalan nombró en Holanda buscando protección internacional, trataron de visitar a su cliente el mismo día que fue detenido, sin obtener ningún resultado. Las autoridades les impidieron la entrada y tan sólo unas horas después, sin tan siquiera haberles dejado salir del aeropuerto, les enviaron de vuelta a Amsterdam.Al parecer, su abogado turco tampoco ha podido ponerse en contacto con Ocalan. "Según las informaciones que tenemos, se encuentra retenido junto con otros nueve activistas de derechos humanos", explica Koppe, todavía impresionado por esas imágenes distribuidas por el Gobierno de un Ocalan, esposado y con la mirada perdida, que pronunciaba frases vacilantes. "En aquel momento ya daba la impresión de que estaba bajo el efecto de drogas y posiblemente ya torturado, pero, sabiendo las sistemáticas y graves violaciones de derechos humanos que comete el Gobierno con los meros simpatizantes del PKK, nos tememos que a Ocalan le pueda ocurrir lo peor". El grupo de abogados ha presentado una demanda ante el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, solicitando justicia para su detenido. En un procedimiento extraordinariamente rápido, el presidente de la corte se pronunciará el próximo martes.

En los últimos días de Ocalan todos los acontecimientos se han sucedido de forma muy rápida, fundamentalmente el de su detención, o el de su "secuestro", como lo califica Koppe. "Probablemente detrás de tanta eficacia estaba la mano de la CIA", asegura. "¿Si no, por qué enviarlo a Nairobi, ¿qué tienen los griegos en Kenia? Nada, sólo decenas de miembros de los servicios secretos norteamericanos investigando el atentado de hace unos meses contra su embajada, que podían facilitar la operación", se responde a sí mismo Koppe.

El mecanismo judicial se ha puesto también con extraordinaria celeridad en marcha. Los medios judiciales turcos calculan que la declaración de Ocalan se prolongará poco más de una semana antes de que los jueces de Ankara se desplacen a la isla para iniciar el juicio bajo los cargos de "traición", "atentado contra la integridad del Estado" y "terrorismo".