_
_
_
_
_

Medio Ambiente planeó obras para inaugurarlas en época electoral

El programa tuvo en cuenta incluso las "alianzas parlamentarias"

El secretario de Estado de Aguas y Costas, Benigno Blanco, pactó en julio pasado con la dirección de Presupuestos del Ministerio de Economía y Hacienda una estrategia para adjudicar un listado de obras hidráulicas y dosificar sus pagos con el fin de que culminaran justamente en la campaña electoral del 2000. Blanco explica en una carta, divulgada ayer por Greenpeace, que el planteamiento persigue atender a las "urgencias políticas más inexcusables en año preelectoral y de acuerdo con nuestras alianzas parlamentarias"

El secretario de Estado recuerda en su carta a la directora general de Presupuestos, Elvira Rodríguez Herrer, que, tal y como habían planteado en sendas reuniones previas (una con el secretario de Estado de Presupuestos el 22 de junio pasado -la carta lleva fecha del 7 de julio- y otra celebrada el 25 del mismo mes con el vicepresidente segundo del Gobierno, Rodrigo Rato), debían organizarse para "garantizar una correcta ejecución" de lo acordado.En dichas reuniones se trazó una estrategia encaminada a conseguir los siguientes objetivos: "Atender a las urgencias políticas más inexcusables en año preelectoral y de acuerdo con nuestras alianzas parlamentarias", "mantener un control riguroso en la generación de nuestras obligaciones, de vuestra mano y bajo la supervisión presupuestaria exigible" y "evitar llegar al año 2000 [año de elecciones generales] con un Presupuesto disponible y no ejecutable por carencia de contratos vivos".

El pacto supone fijar un listado de obras de manera que se pudieran adjudicar a lo largo de 1998, dosificar los presupuestos en el años siguientes y agotarlos el año 2000, cuando finaliza la actual legislatura. Las obras se certificarían en ese año y podrían inaugurarse en plena campaña electoral.

Estas obras contaban con el visto bueno del interventor general, "quien no apreció dificultades para una laminación [dosificación] en el tiempo de las anualidades correspondientes, de forma que en el año 1998 se trate de un compromiso simbólico, en el 1999 de una retención pequeña y asumible, y en el 2000 se empiece a certificar [finalización de obras] en serio a partir del comienzo del ejercicio". En su carta, Blanco promete informar semanalmente al Ministerio de Economía y Hacienda de la evolución de los trabajos, a fin de facilitar información permanente de cómo se cumple la estrategia y, en su caso, "de las dificultades que puedan surgir."

El secretario de Estado reclama luego que se agilice la negociación con Iberdrola -él renunció a hacerlo por haber trabajado en dicha empresa- para indemnizarla, con el fin de que desalojara una central que impedía el llenado del embalse de Tous cuando llegaran las lluvias de otoño.

Tanto Greenpeace como la portavoz socialista de Medio Ambiente, Cristina Narbona, manifestaron ayer que la carta de Blanco revela que las prioridades del ministerio no son el medio ambiente, sino favorecer a sus aliados parlamentarios. Benigno Blanco protagonizó recientemente otro asunto polémico, al trascender una carta suya en la que descalificaba en términos durísimos la política de declaraciones de impacto ambiental de su ministerio y aseguraba que le daba "pavor" el proyecto de ley de Evaluación Ambiental.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_