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Viaje a la vista

El Norte salda a pequeñas dosis su deuda moral pendiente con los países del Sur. El hospital vitoriano de Txagorritxu, gracias a una iniciativa de la ONG Tierra de Hombres, guardará un hueco en sus quirófanos en los próximos días para curar los problemas en la vista de dos niños africanos. Este gesto significa un grano de arena en la inmensidad de los conflictos que viven muchos países en vías de desarrollo. Ni tan siquiera es novedoso: el año pasado Osakidetza atendió a 18 menores procedentes de países en situación problemática. Pero todo eso le trae sin cuidado a Amine Gali Zeraga Mohamed, un argelino de 3 años que ayer por la tarde aterrizó en el aeropuerto de Foronda un poco perplejo. Él nunca se había sentido tan protagonista, ni había viajado tan lejos. Sólo sabe que una organización extranjera se fijó en él y en su situación -sufre un tumor en el ojo izquierdo, a la espera de un examen que certifique que no padece otras patologías-, y que en virtud de eso estará lejos de su familia durante dos o tres semanas en un país desconocido, le intervendrán en un quirófano y regresará a casa curado lo antes posible. En ese tiempo, una familia vitoriana le acogerá en su casa, y además tendrá a su lado durante las 24 horas del día a un representante de Tierra de Hombres. La semana próxima llegará a Vitoria otro muchacho de 7 años, desde Benin, también con problemas en sus ojos. Los dos forman parte de un programa bautizado con el nombre de Viaje hacia la vida, por el cual Tierra de Hombres procurará curar a niños con enfermedades a quienes no pueden atender en sus países de origen ni en otras zonas limítrofes. La ONG se dedica en exclusiva "a la infancia desamparada", explica Errakel Armentia, delegada en el País Vasco. Tierra de Hombres se arraigó en España hace cuatro años, pero su fundación se remonta al año 1960, en Suiza, por iniciativa de un periodista, que tras cubrir la guerra en Argelia lanzó una campaña para atender a niños afectados por el conflicto. Desde entonces comenzó a crecer y a expandirse por Europa y el resto de continentes. El sistema utilizado para curar a los dos niños africanos en Vitoria comienza con la detección de jóvenes con patologías por parte de los delegados de la ONG repartidos en países en vías de desarrollo. Si no existe posibilidad de atenderlos en su entorno, se les busca un país con medios técnicos para tratar sus dolencias de forma adecuada. "Colaboramos con Aviación Sin Fronteras para evitar duplicidades", concreta Errakel Armentia. De ese modo, ambas ONGs se coordinan para que el menor permanezca acompañado por una persona desde su país de origen hasta el destino. A su llegada, cada niño tiene una familia asignada durante las semanas que se alargue su estancia. Atención a extranjeros Estos dos niños de Argelia y Benin son los primeros del año en acogerse a los programas de atención a menores extranjeros del Servicio Vasco de Salud. En 1998, otros 18 pasaron por quirófanos de hospitales vascos. En concreto, ocho saharauis, dos iraquíes, otros tantos beniseses, rumanos y guineanos, un argelino y otro albanés. Al margen de estos programas, Osakidetza también atiende, de acuerdo a una resolución del Parlamento vasco del pasado junio, a inmigrantes que viven en Euskadi sin su situación migratoria regularizada. En 1998, pasaron 54 consultas externas, 119 estancias y un número reducido, sólo dos, de urgencias. Además, se extendió la tarjeta sanitaria a 102 menores extranjeros sin documentación. En cuanto a la cooperación con el exterior, 39 funcionarios de Sanidad fueron autorizados a participar como cooperantes (21 de Vizcaya, 12 de Guipúzcoa y seis de Álava).

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