Bienvenida a la italiana
Achille Bonito Oliva, el impetuoso crítico de arte italiano, será el comisario, junto al galerista Giorgio Persano, de la participación italiana como país invitado en Arco 2000. Fue presentado ayer en la rueda de prensa de clausura de Arco y no tardó en unirse en cuerpo y alma a la exaltación de la polémica. Tras la ardorosa defensa del carácter elitista de la feria y la necesidad de mantener el talante cultural de Arco, así como el apoyo de las más arriesgadas manifestaciones artísticas, realizado por Juana de Aizpuru, el italiano, que la escuchó paseando inquieto entre los asistentes, se lanzó a los brazos de la galerista española. "Has hablado como una ministra", vociferó.Minutos antes, Bonito Oliva, aún ajeno al debate, había dado una explicación de las ideas que regirán su planteamiento para la edición del próximo año. "Las tendencias actuales son hacia la globalización del arte y hacia la tribalización. Yo quiero encontrar el camino intermedio", afirmó. Bonito piensa que, al igual que en otras áreas económicas y políticas actuales, las grandes instituciones del arte tienden hacia las fusiones (como la reciente del MOMA y el vanguardista PS1), la exportación (el caso del Guggenheim) y la mercantilización de sucedáneos (como las grandes tiendas del Metropolitan). "Existe el peligro de una monopolización del gusto internacional a causa de estas estrategias", advirtió.
Su propuesta para Arco es la convergencia de galerías históricas con las nuevas y de "duetos" hispano-italianos de confrontación intelectual. El ideólogo de la transvanguardia italiana dijo que intentará que Arco sea un punto de atracción tanto para los jóvenes como para los coleccionistas y profesionales. "Arco será un punto de atracción internacional", afirmó.
