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Mandela ofrece el ejemplo de la transición surafricana por si sirve para el proceso vasco

ENVIADO ESPECIALNelson Mandela trazó ayer un paralelismo entre las transiciones que han vivido España y Suráfrica y expresó su esperanza de que la "humilde experiencia" de su país sirva también para que quienes "participan en el proceso de paz vasco" encuentren ánimos en su ejemplo y consideren que las diferencias más arraigadas y aparentemente insuperables pueden ser resueltas a través de la negociación. "Los esfuerzos de España para encontrar soluciones pacíficas y erradicar la violencia son un ejemplo para el mundo", afirmó.

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Nelson Mandela, que, a sus 80 años, conserva un estilo jovial pese a su quebrantada salud por 27 años de presidio, hizo un breve y afectuoso discurso tras la cena ofrecida a los Reyes de España.En el mismo dijo que su esposa y él están encantados de que don Juan Carlos y doña Sofía hubieran llegado a Ciudad del Cabo el día de San Valentín, el de los enamorados; agradeció las distinciones que España les ha otorgado -su segunda mujer, Graça Machel, y él son premios Príncipe de Asturias por separado- y recordó la importancia que Suráfrica concede a las negociaciones que mantiene con la Unión Europea para alcanzar un Acuerdo de Libre Comercio.

Tras estas palabras palpitaba, sin embargo, cierta preocupación por la posición europea, ya que, en defensa de sus intereses agrícolas, cierra sus fronteras a los únicos productos que puede ofrecer un país no industrializado como el suyo.

A su vez, el Rey, en su brindis, no escatimó elogios a Mandela, del que dijo que es un "ineludible referente moral" en el siglo XX. Afirmó también que hay ejemplos de otros líderes que lucharon por la libertad de sus pueblos y consiguieron triunfar, pero que Mandela ha ido más lejos: "Nos ha enseñado que ese camino hacia la liberación no termina. Que el día después de la liberación hay que reemprender la marcha, pisoteando las semillas del odio y el resentimiento, para obtener una cosecha de paz y reconciliación".

Don Juan Carlos se había referido ya en su discurso ante la Asamblea Nacional a las negociaciones entre Suráfrica y la UE, primer socio comercial y mayor inversor en este país, e hizo votos por que las negociaciones se resuelvan con éxito.

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Algunos sectores quieren presentar a España como uno de los obstáculos principales en las complejas negociaciones que Suráfrica mantiene con Bruselas sobre producciones agrícolas. A su vez, España pretende que Suráfrica respete las denominaciones de origen en los vinos de Jerez y Oporto.

La visita oficial de los Reyes comenzó a primera hora de la mañana con la ceremonia de bienvenida ofrecida en la presidencia de la República, un edificio colonial que fue sucesivamente residencia y despacho de los gobernadores holandeses y británicos.

Tras la ceremonia de honores, los ministros de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, y Alfred Nzo, firmaron, en presencia de don Juan Carlos y de Mandela, una declaración de intenciones en la que ambos Gobiernos se comprometen a mantener consultas periódicas y negociar un nuevo acuerdo de cooperación para el desarrollo.

Tras ello, el Rey y Mandela intercambiaron condecoraciones. Mandela distinguió a don Juan Carlos con la máxima de su país, la orden de la buena esperanza , y el Rey le impuso el gran collar de Isabel la Católica. En su discurso ante la Asamblea Nacional, el Rey dijo que el ejemplo de Suráfrica significa que hay esperanzas para muchas regiones del mundo en el próximo milenio y que nadie mejor que Mandela simboliza "estos ideales de reconciliación, paz y progreso social".

A primera hora de la tarde, los Reyes recibieron a quien sin duda sucederá a Mandela en la presidencia de la República tras la elecciones generales de mayo: Thabo Mbeki, actual líder del Congreso Nacional Africano, la coalición mayoritaria que gobierna el país, y actual vicepresidente de la República.

También acudió al hotel en el que se alojan Mangoshutu Buthelezi, líder del partido Inkhata, ministro del Interior y cabeza de la tribu zulú, la más poderosa minoría étnica, que tuvo pretensiones secesionistas.

La visita continuará hoy en la isla de Rubben, donde está el penal en el que Mandela pasó gran parte de su vida.

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