Brasil no concederá más permisos para deforestar la selva del Amazonas

Las nuevas estadísticas sobre la deforestación del Amazonas han disparado la alarma en el Gobierno brasileño, que ha decidido suspender la entrega de nuevos permisos para la explotación de la selva. El Ministerio de Medio Ambiente señaló en un comunicado que también se revisarán los contratos aún vigentes y se llevarán las irregularidades ante los tribunales. Desde 1972, la selva del Amazonas ha perdido una superficie mayor que la de España.

El anuncio se produce un mes después de que llegara a la cartera de Medio Ambiente José Sarney Filho, hijo del ex presidente del mismo nombre. Sarney Filho había prometido el día que tomó el cargo combatir "con mano dura" el problema de la deforestación del Amazonas. El comunicado emitido por el ministerio asegura que el Gobierno desea intervenir "inmediatamente para combatir a los campeones de la deforestación". Además de no entregar nuevos permisos, Medio Ambiente revisará aquellos contratos firmados con anterioridad que sigan vigentes, pondrá más énfasis en la detección de irregularidades -acudiendo incluso a la justicia- y hará una lista de todas las áreas deforestadas superiores a las 2.000 hectáreas.

Las nuevas medidas son una reacción del Gobierno a las estadísticas publicadas el miércoles por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), en las que se asegura que 16.838 kilómetros cuadrados (una superficie similar a la suma de Navarra y País Vasco) fueron deforestados en 1998. La cifra representa un aumento del 27% con respecto a la explotación del año anterior (13.227 kilómetros cuadrados) -aunque es ligeramente menor que la de 1996- e indica que se han talado una media equivalente a 7.000 campos de fútbol por día.

Incendios

Las estadísticas del pasado año no incluyen los daños causados por el incendio de hace 10 meses en la región de Roraima, fronteriza con Venezuela, en el que se perdieron, según el INPA, alrededor de 11.000 kilómetros cuadrados de bosque, bastante más de los 5.000 declarados entonces por el Gobierno. Además, el propio Sarney Filho reconoció que hay amenazas de otro megaincendio en la misma región, y que probablemente sería mayor que el del año pasado. Las nuevas cifras no sorprendieron a los grupos medioambientales. Según Garo Batmanian, director ejecutivo del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), las medidas de años anteriores, "anunciadas por el Gobierno a bombo y platillo", fueron implantadas sólo de manera parcial e incompleta. Puso como ejemplo un plan del presidente Fernando Cardoso, lanzado en abril del año pasado para proteger el 10% de la jungla, y que quedó sin efecto después de que un préstamo del Banco Mundial de 300.000 dólares (44 millones de pesetas) quedara obstruido por la burocracia brasileña.

"El aumento de la deforestación podría aumentar el año que viene", aseguró por su parte Joao Capobianco, del Instituto Socioambiental de San Pablo. Argumenta que el Gobierno suavizó, en noviembre del año pasado, las normas para el uso del fuego en la deforestación y redujo la cantidad de bosque que los granjeros deben mantener como reservas naturales. "Los efectos de esas medidas se verán el año que viene", aseguró.

La selva del Amazonas ya ha perdido, desde que comenzó en 1972 su explotación forestal, un 15% de su terreno. Si la superficie de flora era, hace 25 años, de 4 millones de kilómetros cuadrados, hoy no supera los 3,4, es decir, que ha perdido una superficie similar a la de la península Ibérica.

Las causas principales del fenómeno son la actividad de la industria maderera, la llegada de colonos agrícolas y otros factores de tipo climático. El año pasado se sumó la acción devastadora de los incendios, causantes en buena medida del aumento de las cifras. En la presente década, 1995 fue el año de mayor destrucción, con 29.059 kilómetros cuadrados.