David Broza defiende el potencial de la fusión entre rock y poesía
El cantante y guitarrista israelí presenta su disco "Second street"
El cantante israelí David Broza (Haifa, l955) está de visita por España para promocionar su disco en inglés más reciente, Second street (DiscMedi). Para Broza siempre es gratificante visitar España, donde se formó musicalmente: sus primeros grandes éxitos en Israel fueron adaptaciones al hebreo de canciones de Serrat, Paco Ibáñez, Manzanita o Lole y Manuel. Para él un poema puede sugerir cualquier estructura musical.
David Broza vive entre Tel Aviv y New Jersey, aunque planea centrarse temporalmente en su país natal, comprometido con las fuerzas políticas que aspiran a derrotar a Netanyahu en las próximas elecciones. En Estados Unidos, Broza desarrolla una doble carrera: interpreta sus éxitos en hebreo ante un público con raíces judías o canta sus temas en inglés para oyentes heterogéneos, "aunque ahora tiendo a combinar ambos repertorios". afirma. Los discos estadounidenses, como Time of trains o Second Street, tienen la particularidad de basarse en versos ya publicados de diferentes autores. "Compro libros, visito bibliotecas y descubro que hay otras visiones de América, el equivalente literario del cine de Robert Altman". Lo de musicar poemas puede ser allí un arma de doble filo: "En la discográfica americana me ruegan que nunca, nunca diga que trabajo a partir de poesía, que eso es veneno comercial. Por el contrario, los poetas están felices". Broza cree muy arriesgado escribir letras en un idioma diferente del materno: "Prefiero zambullirme en libros y elegir los poemas que reflejan vivencias muy similares a las mías. Al partir de un texto ya existente, puedes escoger entre diversas estructuras musicales, del flamenco al blues, aunque tiendo hacia lo que se suele llamar folk-rock".
Sefardita de origen, Broza tiene una relación profunda con la cultura española: "Viví en Madrid entre 1967 y l974, algo que no me chocó: veía en las calles las mismas caras mediterráneas que en Israel. Volví a Israel para hacer el servicio militar y me llevé cintas de cantautores españoles junto con libros de la generación del 27, que de repente significaban mucho para mí. El sobrino de Moshe Dayán, Jonathan Geffen, un escritor y periodista, me oyó cantando Mi niña se fue a la mar o La mujer que yo quiero. Le gustó y me hizo adaptaciones al hebreo. Esos discos todavía figuran entre los más vendidos de la historia de Israel. De hecho, allí todavía hay gente que cree que es Serrat el que canta temas de Broza. ¡Le pido disculpas!"
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