La demanda de oficinas en Barcelona atrae inversión hacia nuevos proyectos
El sector inmobiliario en Barcelona da señales de agotamiento. Continúa existiendo demanda, con importantes fondos inmobiliarios extranjeros interesados en adquirir activos en la ciudad. Pero el producto se ha agotado tras el récord del año pasado. En total se invirtieron 60.000 millones de pesetas en adquisición de edificios de oficinas. Por eso en este momento no existe producto acabado en venta, salvo honrosas excepciones, lo que obliga a los inversores a buscar proyectos no acabados.
La consecuencia, para los expertos del sector, es que ahora los inversores, una vez agotado el producto, se verán obligados a invertir en proyectos, volviendo a operaciones como la entrada del fondo alemán de Despa en Diagonal Mar. Según Manuel Figueras, director de Aguirre Newman en Barcelona, "será necesario regresar a la promoción inmobiliaria y volver a construir oficinas en Barcelona, ya que, por un lado, la rentabilidad de la construcción de viviendas se está reduciendo y, por otro, la demanda de nuevos alquileres está impulsando los precios al alza". Los candidatos para aportar fondos son básicamente grupos anglosajones y alemanes. Este giro que está tomando el sector inmobiliario podría resultar peligroso y producir un exceso de promociones que rompan la actual burbuja inmobiliaria que experimenta Barcelona y sus alrededores. En opinión del director de inversiones de Aguirre Newman, Rafael López Palacios, "sería necesario que las diferentes Administraciones sacaran a promoción cerca de medio millón de metros cuadrados, pero no más. Porque si sale un millón de metros cuadrados como en 1992 volverá a hundirse el mercado". Otro factor que determinará la entrada de grupos inversores en proyectos de promoción de oficinas es la constatación de que la rentabilidad de los edificios está tocando fondo y que no bajará del 5%. Por tanto, los grupos inversores se verán abocados a promover sus propios proyectos. Esta nueva situación del mercado inmobiliario coinciden con un aumento de la demanda de las oficinas de alquiler -en 1998 se superaron los 200.000 metros cuadrados de absorción durante el ejercicio- y una alarmante falta de suelo en Barcelona. Por eso se prevé que los promotores vuelvan la mirada hacia zonas donde se gestaron los grandes fracasos inmobiliarios de 1992. Las áreas donde se concentrarán las promociones futuras serán Sant Cugat y los alrededores del aeropuerto de El Prat. En Barcelona queda poco suelo disponible: algunas zonas de Glòries y los alrededores de la plaza Cerdà. Con esta situación no es de extrañar que los alquileres sigan subiendo. Según el informe de Aguirre Newman, los alquileres se han encarecido un 10% durante 1998 y los precios seguirán subiendo previsiblemente este año porque la demanda no refleja intención de reducirse. La falta de oficinas libres y de grandes espacios disponibles ha supuesto un triunfo de los nuevos ejes terciarios en Glòries, la plaza Cerdà y la Vila Olímpica. Para 1999 está previsto que se comercialicen unos 78.800 nuevos metros cuadrados.
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