"Hay que reforzar el modelo A para que el alumno logre dominar las dos lenguas"
El segundo mandato de Inaxio Oliveri (Rentería, 1942) al frente del Departamento de Educación comienza marcado por una sentencia del Tribunal Supremo que confirma el derecho de los funcionarios docentes a cobrar un complemento salarial. El Gobierno vasco les adeuda cerca de 10.000millones de pesetas. Oliveri se muestra partidario de reforzar el aprendizaje del euskera en el modelo A (todo en castellano con la lengua vasca como asignatura). Pregunta. CCOO ha experimentado una gran subida en las elecciones sindicales entre el profesorado no universitario precisamente cuando el Gobierno vasco es exclusivamente nacionalista. ¿Cómo lo interpreta? Respuesta. No creo que lo uno tenga nada que ver con lo otro. La sentencia ha tenido una influencia importante en la subida de Comisiones [promotor principal de la reclamación]. Este departamento ha tenido buenas relaciones con todos los sindicatos. Como siempre, intentaremos pactar con el mayor número posible de sindicatos. P. La oposición teme que este Gobierno escore la educación hacia el nacionalismo. R. Llevamos año y medio en que al nacionalismo se le está culpando, sin razones objetivas, de todos los males que tiene este país. Es una estrategia política de los partidos estatalistas porque entienden que les favorece. Este consejero es de los nacionalistas y de los no nacionalistas. Nosotros entendemos que hay que hacer un proyecto que cohesione a la inmensa mayoría de la sociedad, que además es la única forma de llevar adelante un proceso de construcción nacional. P. El complemento de destino, ¿cuándo se va a pagar, cómo y a quiénes? R. Quiero hacer dos observaciones: a los docentes se les ha pagado lo convenido con los sindicatos, pero se ha imputado en conceptos distintos. Desde mi perspectiva, la sentencia no ha tenido en cuenta que el incremento es el pactado. Y segundo, que nuestros docentes, y esto me enorgullece, ganan como media un 20% más que los del territorio MEC [comunidades a las que no se han transferido las competencias de educación]. Pero la sentencia es la que es. Vamos a empezar a negociar con los sindicatos sobre cómo proceder al cumplimiento de las sentencias. Son individuales, pero como entendemos que no debe haber diferencia entre quienes hayan recurrido y quienes no lo hayan hecho, nuestra intención es generalizar el pago a todos los funcionarios docentes. P. ¿Hasta qué punto puede afectar a su presupuesto? R. Es un problema presupuestario del Gobierno, no sólo de Educación. Es un esfuerzo económico importante, pero las sentencias hay que cumplirlas. Estoy absolutamente convencido de que no va a suponer una merma de lo destinado a otros ámbitos educativos. No sé cuándo se zanjará el asunto. P. ¿Cuando los adolescentes acaban la educación obligatoria, saben todo lo que deberían saber? R. Hay tres aspectos en los que pretendemos incidir más: matemáticas, humanidades e idiomas. También debemos insistir bastante en la lectura. P. ¿Qué le planteará al nuevo ministro de Educación y Cultura cuando le vea? R. Primero, que el sistema educativo de la comunidad autónoma tiene que basarse realmente en el artículo 16 [del Estatuto de Gernika], lo que supone que tenemos la competencia exclusiva en la enseñanza en función de los derechos históricos. Nos opondremos a una normativa que limite nuestra capacidad y nuestra competencia. También volveré a reivindicar la transferencia de investigación. Es una auténtica vergüenza que todavía no esté transferida. No tiene ninguna dificultad técnica, viene meridianamente claro en el Estatuto y además hemos demostrado a lo largo de años y años que sabemos llevar adelante una política científica. Hay una buena base de científicos en investigación básica que pueden desarrollar de manera importante el sistema científico tecnológico del país. Ahora tenemos 500 becarios permanentemente en todo el mundo. P. Que ustedes intentan ahora que regresen. R. Sí. Tenemos que establecer planes para recuperarlos. Hicimos algo la legislatura pasada y ahora pretendemos elaborar una especie de catálogo, por llamarlo de alguna manera, para que se conozca qué gente tenemos y que esto posibilite una mayor incorporación a la universidad, los centros tecnológicos y las empresas. Pueden hacer un magnífico papel. P. La mayoría sindical aboga por reformar los modelos lingüísticos, sobre todo el A, porque consideran que no garantiza el necesario aprendizaje del euskera. ¿Estudia el departamento reformarlo? R. Hoy en día yo también creo que el modelo A hay que reforzarlo cualitativamente de manera que consiga de manera generalizada que al terminar la enseñanza obligatoria el alumno se pueda expresar indistintamente en ambas lenguas. Una fórmula sería dar alguna materia más en euskera, pero es un tema que tenemos que estudiar. El modelo no es un fin en sí mismo como a veces parece plantearse, es única y exclusivamente un instrumento para la consecución de ese alumno bilingüe. P. Cada año, algunos niños se ven abocados al modelo bilingue [el B] ante la falta de grupos castellanohablantes. R. Eso no es verdad. Si uno quiere modelo A, nosotros aseguramos que curse el modelo A. P. Hay quienes comparten el fin de la euskaldunización, pero consideran el ritmo demasiado acelerado. R. Se va al ritmo que razonablemente se puede para que nadie sufra excesivamente. La población vasca demanda mayoritariamente que sus hijos conozcan ambos idiomas. Está generalizado por encima incluso de las divisiones políticas. Estoy convencido de que una sociedad bilingüe es una sociedad mucho más cohesionada. Nadie puede decir objetivamente que alguien, por conocer dos idiomas, pueda sentirse menos imbricado en una sociedad que si conoce uno. Otra cosa es si el conocimiento de un idioma excluyese a otro, pero aquí estamos de acuerdo en que no es así. P. Como secretario general de EA, ¿no cree que las sugerencias del Foro de Lizarra dinamitan los puentes entre nacionalistas y no nacionalistas? R. Lizarra es una apuesta por la normalización. Los nacionalistas apuestan por la solución del problema, mientras que PP y PSE quieren que permanezca una situación que no beneficia a nadie. Pretenden mantener las posiciones anteriores a la tregua de ETA para no tener que plantearse los problemas políticos reales en una mesa de conversaciones y aceptar lo que la mayoría de la sociedad proponga. El PP y el PSE plantean la quiebra de la sociedad vasca como un objetivo político y no buscan la cohesión a en torno a un proyecto común de los vascos.
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