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Francia y Argelia

El no haber asumido abiertamente su pasado sigue minando el presente francés. La apertura de los archivos del Ejército de Tierra permite descubrir ahora que desde octubre de 1949 el poder político sabía que se torturaba en Argelia. Dos procónsules que representaban a la República escribieron en 1949 y en 1952 a sus subordinados para denunciar esas prácticas y advertirles de que no serían toleradas. No lo consiguieron. (...) Los gobiernos, ya fuesen socialistas (...) o gaullistas, cerraron los ojos con conocimiento de causa. Incluso cuando quien ocupaba el Elíseo era el que simbolizó la Resistencia frente al nazismo. (...) Tal pasado tiene que pesar sobre las relaciones de la antigua potencia colonial con la Argelia independiente y también sobre los franceses de origen argelino que, por elección o a su pesar, decidieron vivir en el Hexágono. (...) Esta guerra (...) también se libró en la metrópoli. (...) La Francia de Vichy y la guerra de Argelia son dos épocas en sombras en la memoria nacional. No se pueden tratar de igual manera, evidentemente: el régimen de Pétain era una dictadura, la tortura en Argelia la practicaba una democracia. Hemos tenido que esperar hasta los ochenta para afrontar los sucesos de la Francia de Vichy. Sólo estamos empezando en lo concerniente a la guerra de Argelia. Tenemos que poner al día totalmente el pasado argelino de Francia. Ya que amar a Francia, construir su futuro, no es sólo recordar la grandeza perdida, sino, sobre todo, recordar el mal que se ha podido hacer en su nombre.

5 de febrero

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