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El Gobierno catalán, dispuesto a aplazar el decreto sobre doblaje

El presidente Jordi Pujol apuntó ayer la posibilidad de que su Gobierno aplace la aplicación del decreto que establece cuotas de catalán en el cine, que debería entrar en vigor el 17 de marzo. En una entrevista que concedió a Catalunya Cultura, Pujol afirmó que no sería grave retrasar unos meses el decreto. Los partidos recibieron sus palabras con división de opiniones. El PP las consideró un signo de debilidad del Gobierno catalán. El PSC e IC-V aceptaron la demora; ERC, la rechazó, y el PI anunció que continuará con su campaña contra las majors.

"En Cataluña", dijo el presidente, "hemos estado prácticamente siempre, durante todo un siglo, sin cine en lengua catalana, o casi, y si ahora se debe retrasar tres o seis meses , eso no es grave". "Lo grave", añadió Pujol, "sería que no pudiésemos realmente llegar a tener cine en catalán. Por una parte, cine hecho en Cataluña, pero, por la otra, cine traducido, que es el más voluminoso aquí y en todo el mundo". Para el presidente, lo principal es convencer a las multinacionales cinematográficas de que han de respetar la voluntad de los catalanes de poder ver cine en su lengua y que deben cumplir con la ley. Pujol ya vaticinó el fin de semana pasado que probablemente se incumpliría la fecha para fijar cuotas lingüísticas en el cine. Lo hizo en una entrevista que publicó el diario Regió 7, cuando ya sabía que el consejero de Cultura, Joan Maria Pujals, iba a viajar a Washington para entrevistarse con los máximos representantes de la MPAA, que agrupa las principales distribuidoras de Estados Unidos. Con Pujals ya de vuelta, Pujol fue ayer más concreto al hablar de aplazamiento del decreto. "No pasa nada" En la misma línea que el presidente, Josep Antoni Duran Lleida, dirigente de Unió Democràtica (UDC), afirmó que si no se aplica el decreto con puntualidad "no pasa nada". "Lo importante es que se ha abierto una vía de diálogo con los responsables de la actitud contraria a la aplicación del decreto". Las palabras de Pujol provocaron otras reacciones políticas. La más crítica fue la del Partido Popular (PP). Su portavoz en el Parlament, Josep Curto, dijo que el Gobierno de la Generalitat ha demostrado con el anuncio de una posible demora del decreto su "debilidad e inconsistencia". Curto se quejó de "la falta de precisión" de las explicaciones de Pujals sobre su viaje a Washington y "de la falta de estrategia del Gobierno". El Partit dels Socialistes (PSC) e Iniciativa per Catalunya-Verds (IC-V), en cambio, aplaudieron la posibilidad de retrasar la aplicación del decreto y ERC la rechazó. El portavoz socialista en el Parlament, Higini Clotas, aseguró: "Es mejor agotar el diálogo que llevarlo a una negociación fracasada". Jordi Guillot (IC-V) señaló que su formación "no se negará a ningún gesto puntual que permita resolver de forma satisfactoria". Josep Bargalló, por ERC, pidió que se aplique el decreto "sin demoras ni retrasos". El Partit per la Independència (PI) alabó la vía de diálogo, aunque anunció que seguirá con su campaña contra las majors. Distribuidores y exhibidores mantuvieron su habitual silencio.

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