Visto por primera vez en directo un gran estallido en el confín del cosmos
Astrónomos de todo el mundo captan una explosión de rayos gamma
Uno de los mayores estallidos de energía observados en el universo ha podido ser captado por primera vez por un telescopio óptico en el momento de producirse, gracias a una red de alerta puesta a punto por la comunidad astronómica internacional, ayudada por la NASA. Los estallidos o explosiones de rayos gamma son fenómenos corrientes en el universo que liberan casi tanta energía como el Big Bang y cuyo origen se desconoce.
Ayer, los astrónomos de muchos observatorios captaban todavía en la mayor parte del espectro (rayos gamma, rayos X, radio, luz visible e infrarrojo) el remanente de la gran explosión de rayos gamma que se produjo el pasado sábado, bautizada GRB 990123. "Ha sido tan fuerte que anteanoche [por el lunes] todavía se podía ver con los telescopios de un metro", explicó ayer María Rosa Zapatero, del Instituto de Astrofísica de Canarias, que ha estado observando el fenómeno en el rango óptico desde el observatorio del Roque de los Muchachos. "Anoche ya sólo se observaba con telescopios de cuatro metros".La magnitud del fenómeno permitió a los astrónomos poner a prueba con éxito una red de alerta automática montada a partir de los datos enviados constantemente por el satélite Compton de observación de rayos gamma de la NASA. De hecho, la explosión se podía ver perfectamente en el cielo desde Estados Unidos, como un punto luminoso en la constelación Corona Borealis a las 10.47 (hora peninsular española) del sábado pero no era probable que un telescopio apuntara hacia esa zona del cielo justo en ese momento. En Europa ya era de día y no se pudo ver.
Aunque la explosión no duró más que 110 segundos, fue suficiente para que un telescopio robotizado, especialmente dedicado a los rayos gamma, situado en Los Álamos (Nuevo México), pudiera observarla. Los primeros datos sobre la situación de la explosión en el cielo, obtenidos del satélite Compton y refinados con los procedentes del satélite italo-holandés BeppoSax, llegaron al telescopio Rotse a los 22 segundos de que empezara. El estallido alcanzó un brillo sólo 15 veces menor que el de las estrellas menos brillantes de las observables a simple vista. Pocas horas después se sumaban a las observaciones astrónomos de todo el mundo.
Cantidad inimaginable
Los estallidos de rayos gamma se llaman así porque se observaron en principio solamente en esa zona del espectro, pero en realidad son explosiones que emiten una cantidad inimaginable de energía. "De ellos sale en 10 segundos más energía que toda la que va a emitir el Sol en sus 10.000 millones de años de vida", ha explicado en California John Horack, de la NASA, en el marco de la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia."Se ha demostrado que los estallidos de rayos gamma se pueden observar desde tierra, en diferentes zonas del espectro, mientras se produce la parte principal de la explosión", ha dicho con orgullo Jerry Fishman, de la NASA, que diseñó el instrumento para detectar estas explosiones a bordo del satélite Compton.
Nadie sabe qué tipo de fenómeno da lugar a una emisión tan grande de energía, pero los astrónomos están ya seguros de que las explosiones se producen fuera de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Para este estallido, en concreto, se ha estimado provisionalmente una distancia de nada menos que 10.000 millones de años luz. "Después de detectar la explosión en rayos gamma, se busca lo que llamamos la contrapartida óptica, la fuente en luz visible", explicó Zapatero, "que pierde brillo rápidamente. En algunos casos, una vez finalizada la explosión, se detecta en la zona una galaxia muy débil que puede ser la galaxia huésped del fenómeno".
Zapatero resalta que es la primera vez que un estallido de este tipo se detecta tan pronto en luz visible. En junio del año pasado se realizó desde Canarias la primera detección en el visible de uno de estos fenómenos. "No era tan intenso como éste", recuerda esta astrónoma. "Cayó mucho de brillo en tres dias". Aunque el magno espectáculo de los estallidos de rayos gamma lleva produciéndose miles de millones de años, y aunque tiene lugar uno de gran magnitud al mes, aproximadamente, se descubrieron hace unos 30 años y sólo ahora los científicos disponen de instrumentos (especialmente de satélites) para poder estudiarlos, aunque sigan siendo uno de los fenómenos más misteriosos.
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