El Clínico investiga por qué no se notificó a Sanidad el brote que causó tres muertes

Tanto la dirección del hospital Clínico de Barcelona como la Dirección General de Salud Pública dieron ayer por superado el brote de infección que en el mes de diciembre pasado causó la muerte de tres pacientes de leucemia ingresados en el servicio de Hematología. El Clínico no pudo explicar, sin embargo, por qué no se informó del brote a Sanidad y ayer anunció una investigación interna.

Los tres pacientes fallecidos eran enfermos de leucemia en fase terminal y fueron víctimas de una infección oportunista del hongo scedosporium prolificans, que en su caso fue mortal por el estado de inmunodepresión en que se encontraban. Ayer por la tarde se desplazó al centro sanitario el instructor del expediente informativo que Sanidad ha abierto al Clínico por el hecho de no haber comunicado a las autoridades sanitarias la existencia del brote. El director general de Salud Pública, Lluís Salleras, declaró ayer que no creía que se hubiera producido un ocultamiento por mala fe, "sino más bien por desidia o por un error en la comunicación". Aunque en un primer momento algunos responsables del hospital pusieron en duda que el centro tuviera la obligación de notificar estos casos, como no se comunican las habituales infecciones hospitalarias, Salleras dejó claro ayer que, cuando se produce un brote, es obligatorio comunicarlo a Sanidad. Y lo ocurrido en el Clínico entra plenamente dentro de lo que puede catalogarse como un brote infeccioso: varios casos afectados por un mismo agente patógeno localizado en un mismo lugar. "No debe confundirse un brote como el ocurrido en diciembre con las infecciones nosocomiales habituales. Todos los hospitales tienen un porcentaje de enfermos, que suele rondar el 7%, afectados por neumonía u otras infecciones, pero son casos aislados. En cambio, los brotes deben comunicarse siempre, porque el Clínico dispone de medios para poder controlar la situación, pero no todos los hospitales tienen recursos adecuados", indicó Salleras. La dirección del Clínico indicó que no había existido ánimo de ocultar el brote y alegó en su descargo que se comunicó inmediatamente no sólo a las familias de las víctimas, sino también a los 16 enfermos ingresados en la misma unidad que tuvieron que ser trasladados para proceder a la desinfección. "En cuanto se tuvo constancia de los dos primeros casos de infección, diagnosticados de forma casi simultánea entre los días 9 y 11 de diciembre, se informó al Grupo para la Prevención de la Infección Nosocomial del propio hospital", que procedió inmediatamente. El hongo se localizó en los conductos del aire acondicionado, que fueron sometidos a un proceso de desinfección y limpieza. También se desinfectó la sala en la que se encontraban los enfermos afectados por la infección. Tras comprobar que ya no quedaban restos del hongo, la unidad volvió a abrirse el 28 de diciembre. El brote se encuentra completamente controlado y prueba de ellos es, según Salleras, "que los enfermos han vuelto a la unidad, algunos de ellos se encuentran en una situación tan inmunodeprimida como las víctimas, y no se ha observado ningún otro contagio". Tanto el director general de Salud Pública como la dirección del Clínico insistieron ayer en que no hay motivo de alarma. Dieciséis casos El primer caso de muerte por el hongo scedosporium prolificans, un ente muy similar al scedosporium inflatum, fue descrito en 1984 por Malloch y Salkin. Se trata de una infección muy poco frecuente que afecta a pacientes en estado muy grave y que normalmente se muestra resistente a los tratamientos antifúngicos habituales. En España se notificaron 16 casos mortales entre 1989 y 1994. Las infecciones fúngicas más frecuentes son debidas a los hongos aspergillus y cándida. Los hongos forman parte de la fauna ambiental, pero el organismo dispone de mecanismos para defenderse de ellos. Sólo cuando el enfermo está inmunodeprimido resulta vulnerable frente a estos agentes infecciosos.