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Yeltsin vuelve al hospital debido a una úlcera sangrante y suspende todas sus actividades

El presidente ruso, Borís Yeltsin, fue hospitalizado ayer urgentemente con una úlcera sangrante y deberá permanecer internado varias semanas, según opinión de los especialistas. Yeltsin no ha vuelto al Kremlin desde el año pasado, y su primera reunión en Moscú fue inesperadamente suspendida la semana pasada. Ahora, lo más probable es que no pueda realizar la visita oficial a Francia programada para finales de este mes. Los nuevos problemas de salud de Yeltsin refuerzan las posiciones de los políticos que piensan que el presidente ruso debe dimitir.

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La enfermedad acelera la lucha por la sucesión

Se veía venir. Ya olió mal cuando el jueves Yeltsin, de 67 años y con un historial de problemas cardiacos, canceló sorpresivamente sus primeras reuniones en el Kremlin después de las fiestas de fines de año. Ahora todo se ha aclarado: el líder ruso está nuevamente enfermo, algo que ha pasado a ser una norma desde que asumió el segundo mandato en el verano de 1996.Los médicos decidieron internar urgentemente a Yeltsin en el hospital Clínico Central, después de hacerle una gastroscopia que confirmó el diagnóstico preliminar: úlcera sangrante aguda. Aunque esta enfermedad normalmente no necesita de intervención quirúrgica, sí requiere un severo control médico, en especial por parte de los cirujanos. Los especialistas afirman que las úlceras sangrantes agudas cicatrizan rápidamente, pero de todas formas deberá permanecer hospitalizado por un plazo que puede extenderse a tres semanas. Esto significa que la visita a París, que debía realizar el 28 y 29 de enero, tendrá que ser cancelada.

Por culpa de las aspirinas

Lo más probable es que la úlcera de Yeltsin sea consecuencia de las grandes cantidades de aspirinas que ha tomado para curar sus resfriados y para impedir la formación de trombos debido a sus problemas cardiacos o pulmonares. Después de haber requerido la implantación de un quíntuple puente al corazón en noviembre de 1996, Yeltsin debe tomar regularmente aspirinas, lo que puede haber producido una erosión en el estómago y la consiguiente úlcera. El parte oficial de los médicos dice que "la condición del presidente es estable" y que su vida no corre peligro.La última actividad de Yeltsin como presidente fue la reunión que mantuvo anteayer, en su residencia de Gorki-9, a las afueras de Moscú, con el ministro del Interior, Serguéi Stepashin, y el jefe de su Administración, Nikolái Bordiuzha. Pero la verdad es que la hospitalización de Yeltsin prácticamente no tendrá consecuencia en el gobierno diario del país: hace mucho ya que el líder ruso trabaja sólo unas pocas horas al día y que el primer ministro, Yevgueni Primakov, ha asumido las funciones propias del presidente de la república. Primakov acaba de regresar el sábado de un viaje por Siberia, donde se reunió con un grupo de gobernadores regionales.

Pero la hospitalización de Yeltsin sí influirá en el clima político de Rusia. Nuevamente se pondrá sobre el tapete el problema de la sucesión del presidente y se multiplicarán los llamamientos para que dimita. Hace ya mucho tiempo que el Partido Comunista y sus aliados piden la renuncia de Yeltsin, argumentando que es incapaz de cumplir sus funciones de jefe de Estado.

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Últimamente la situación ha cambiado e, incluso, algunos aliados del líder ruso opinan que el presidente debería tomar una decisión al respecto. Así, el alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, dio a entender anteayer que Yeltsin debería dimitir.

"Existe el problema de unas elecciones presidenciales anticipadas. Todos lo vemos y sería una hipocresía ignorarlo y silenciarlo", declaró, agregando que las normas éticas y constitucionales exigían que el mismo presidente sea quien "anuncie su decisión a los ciudadanos" después de analizar el problema sobre el que el alcalde había hablado el día anterior. El viernes Luzhkov había dicho: "Al trabajar en altos cargos estatales, debemos correlacionar nuestras posibilidades físicas con la capacidad de cumplir nuestras obligaciones, y si surgen problemas de salud duraderos y perseverantes, es necesario tomar la decisión correspondiente".

En manos de Primakov

En caso de que Yeltsin se decida a dimitir, el primer ministro, es decir, Primakov, asumirá interinamente la jefatura del Estado y deberá convocar nuevas elecciones anticipadas en el plazo de tres meses. Mientras tanto, el mismo Primakov se ha apresurado a minimizar el mal que sufre Yeltsin. "El presidente se siente bien y no ha surgido ninguna situación extraordinaria en el país debido a su enfermedad", declaró ayer el primer ministro.Guennadi Selezniov, el presidente de la Duma Estatal o Cámara baja del Parlamento ruso, opinó que Yeltsin debería firmar un decreto transpasando a Primakov la supervisión de los llamados ministerios de fuerza (Defensa, Interior, Seguridad, Guardafronteras, Espionaje) y del de Exteriores, que se subordinan directamente al presidente. Sin embargo, Dmitri Yakushkin, el portavoz de Yeltsin, se apresuró a precisar que no habrá ningún traspaso de facultades presidenciales al primer ministro.

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