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La policía recupera obras robadas de Picasso y Miró

Los ladrones querían canjear el arte por droga

Lo suyo, como antiguo contrabandista, eran las cajetillas de tabaco rubio, pasarlas de matute por la frontera, quedarse con los beneficios y vuelta a empezar; un negocio boyante. Sin embargo, Cladis R. P., valenciano de 53 años, ya fichado por la policía, quiso progresar. Se hizo con una colección de obras de arte robada en Suiza -piezas de Picasso, Miró, Giacometti, Lope de Herrera, un tríptico que podría ser de Chagall y un retrato atribuido a Goya, un Rembrandt tal vez- y planeó un negocio muy ambicioso. Quería canjear las valiosas obras por un cargamento de cocaína. No pudo ser. El jueves fue detenido Ribarroja (Valencia).A él, a su hija Raquel -que posteriormente fue puesta en libertad sin cargos- y a su prima Luisa P. M., también de 53 años, nacida en Barcelona y residente en Bogis Bossey (Suiza). Según los cabos que va atando la policía, Luisa fue la encargada de trasladar a España las obras de arte, todas pertenecientes a la colección privada de Anne Marie Graf, quien las guardaba en su chalé de Celigny (Suiza). A finales de 1997, unos cacos le dejaron las paredes limpias a la señora Graf, y desde entonces la policía suiza seguía el rastro del arte robado.

Una estela difícil de atrapar si se tiene en cuenta que los cuadros recuperados eran transportados en el interior de tubos cilíndricos, y las estatuas,entre láminas acolchadas. Miles de millones de pesetas que cruzaron Europa en el maletero de un coche.

Goya y Rembrandt

En total, según informa Felipe Pinazo, la policía ha recuperado 32 piezas de arqueología precolombina, dos aguafuertes de Miró, una litografía de Picasso y otra de Braque, así como una pintura de Lope de Herrera y una escultura de Giacometti valorada en cerca de 1.000 millones de pesetas. Además, han encontrado un retrato que podría ser de Goya, un posible tríptico de Chagall y otras cuatro obras pictóricas cuyo autor se desconoce por ahora, aunque no se descarta que sea de Rembrandt.

Cladis, el contrabandista, vendió el jueves caro su pellejo. Al volante de un Renault 21 matrícula de Valencia 1064-CW, intentó atropellar a Lorenzo Montero, el jefe de grupo de la Brigada de Patrimonio, cuando le dio el alto. El policía se apartó y tiró de pistola, pero sus disparos no amilanaron al contrabandista, que emprendió una veloz huida. Poco después fue detenido -junto a su hija y su prima- muy cerca del chalet de Pous de Martí donde guardaban el botín.

La operación policial, que continúa abierta, puede considerarse ya la más importante recuperación de patrimonio desde la detención en Barcelona, en 1982, de Rene Alphonsus van der Bergher, más conocido por Eirk el Belga. Además, la policía está convencida de que antes de dar por finalizada la operación conseguirá hacerse con más obras de arte roba, así como joyas también destinadas al canje por cocaína. Montero, el jefe de la operación, explicó ayer que su trabajo consiste ahora en buscar las conexiones internacionales de Cladis. Un contrabandista de tabaco no se mete sólo en un negocio así.

Los delincuentes suelen mantener las obras ocultas durante meses -incluso años- hasta que se olvida el robo. A esa operación se le llama "dormir la mercancía". Ahora serán Cladis y sus compinches quienes tendrán que pasar una temporada durmiendo a la sombra.

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