Los arquitectos creen que el AVE facilitará la ordenación del territorio

Las nuevas generaciones de arquitectos consideran que la llegada del AVE brinda una ocasión única para ordenar el territorio que de ninguna manera puede desperdiciarse. A través del Colegio de Arquitectos de Cataluña quieren intervenir en el debate sobre el trazado del tren de alta velocidad desde una perspectiva más global y más integrada en el paisaje del Vallès. El alcalde de Barcelona, Joan Clos, discrepó ayer de las alegaciones presentadas por la Generalitat al trazado del AVE.

Clos dijo que tenía una visión "sustancialmente diferente" a la de la Generalitat. El Ayuntamiento sigue defendiendo una "ronda ferroviaria" que circunvale la ciudad, en la que la estación principal del AVE esté en La Sagrera, y que la línea sea continua. Una ronda "en la que Barcelona esté en el centro y no en un extremo, como en un callejón sin salida", manifestó el alcalde, quien aseguró una vez más que se trata de la opción más económica. El trazado del AVE también está provocando un debate en otros sectores. Un total de 70 arquitectos, interesados por los proyectos de infraestructuras, plantean siete modalidades de estación para el Vallès que contradicen a quienes opinan que la discusión territorial dejó de interesar a la profesión desde que se volcaron en las actuaciones concretas de la ciudad de Barcelona para las que se requerían sus servicios. Las estaciones diseñadas son muy respetuosas con un paisaje demasiado castigado por una madeja de infraestructuras viarias. En el trazado de Fomento echan de menos que no se hable del impacto urbanístico que conlleva una obra de esta envergadura, lo que, según opinan, obedece a que "ha sido pensado por ingenieros". El taller de arquitectos en el que se fraguó en 1996 la idea de las estaciones del AVE no tiene intención de echar más leña a la eterna pugna que les enfrenta a los ingenieros. Todo lo contrario. Tratan de aprovechar el momento de indefinición que se da en el ámbito de actuación profesional para abogar sin miedo por un trabajo más interdisciplinar que integre la visión de unos y de otros. Parten de la base de que la figura del arquitecto-rey que lo abarca todo no responde ya a la realidad. Esta filosofía se percibe en las siete propuestas de estación que los autores ubican en Bellaterra-Cerdanyola, Rubí y Sant Cugat. Se trata de enclaves elegidos hace dos años, cuando la llegada del AVE se intuía mucho más lejana y a salvo de las encendidas polémicas que vinieron después. En todos los diseños se aprecian las ganas de no repetir errores del pasado con trazados viarios que se superponen y cortan por lo sano la comunicación entre localidades limítrofes. Los trabajadores previos han dado pie a mirar el Vallès de una forma distinta: "A través de un cristal provocativo que percibe la comarca no desde Barcelona sino desde el propio Vallès", según explican los comisarios de la exposición inaugurada el pasado jueves en el Colegio de Arquitectos, Bruno Remoué y Carlos Tejada. Esta particular forma de replantearse el crecimiento del Vallès fue la que más interesó al director general de Urbanismo de la Generalitat, Joan Antoni Solans.