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NEGOCIACIONES DE PAZ EN COLOMBIA

La guerrilla, en su capital

Las FARC han empezado a refluir del pueblo este fin de semana, como con nostalgia, una vez que se han sentido tan dueños de la localidad que es la capital de su zona natural de dominio. Los 1.500 o 2.000 hombres y mujeres que han ocupado cortésmente, con firmeza pero ni una sola mala palabra para el vecindario, San Vicente, son uniformemente jóvenes, atezados, bien armados de subfusil M-15 o Galil, amantes de las cananas restallantes de munición y parquedad en la voz y la mirada. Los soldados sonríen cuando se les interpela, pero casi no comprenden a la primera tentativa el español brutal y percutante de Castilla. Da igual, porque no están autorizados a hacer declaraciones ni a opinar sobre nada. Solamente los oficiales están autorizados a decir que no están autorizados.

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La "corazonada campesina" de Manuel Marulanda

El comandante Camilo, jefe de prensa, toma cuidadosamente nota de los nombres de los periodistas y de sus solicitudes con una caligrafía hermosa, pausada y de rasgo amplio, y cuando laboriosamente ha tomado todas las notas contempla su obra complacido como ante el milagro de la escritura.

La guerrillera T. , melena caoba, primorosos labios carmesí, ojos rasgados de belleza criolla, sin duda la miss insurgencia, podría desfilar hasta de uniforme por la pasarela. Pero todos conocen su cometido; cuando algún periodista pretendía salirse del enclave asignado dulcemente, le cortaba el paso. "Ahora, así son las cosas"; que quiere decir, hoy aquí mandamos nosotros.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
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