"Fidel Castro está muy comprometido con el proceso de paz"
ENVIADO ESPECIALEl presidente ha vuelto de unos días de descanso con un bronceado rápido y efectivo, como si se lo hubiera puesto con el traje de reasumir funciones al entrar en su residencia del Palacio Nariño, en Bogotá. Si hubo un momento de inflexión, de duda, cuando tardaban en arrancar las prenegociaciones con la guerrilla -"cuidado, que aún no estamos negociando"- allá por octubre o noviembre, Papá Noel o, mejor, los Reyes Magos, que Andrés Pastrana es muy creyente, le han traído un espléndido regalo casi con el cambio de año.
La guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se ha sentado a conversar con un representante del Gobierno estadounidense en San José de Costa Rica; no exactamente una reunión de amigos, quizá más un café informal, pero cuando hoy comience oficialmente la negociación entre el propio presidente Andrés Pastrana Arango y Manuel Marulanda Vélez, Tirofijo, líder de las FARC, en San Vicente del Caguán, Caquetá, se dibuja un sorprendente triángulo de oro para la paz: Washington-La Habana-Bogotá. "Fidel está muy comprometido con el proceso de paz. Por eso viajaré a Cuba el próximo día 14 y seré con ello el primer presidente de mi país en visitar la isla". El contacto reciente del presidente conservador con el líder comunista se anudó en la Cumbre Iberoamericana de Oporto -que Pastrana dice Porto, a la portuguesa- en octubre pasado, donde el líder cubano, Fidel Castro, se mostró sumamente receptivo: cuando Latinoamérica llama, el jefe de una derrengada revolución que había de sembrar uno y mil Vietnams, en el ocaso geriátrico e ideológico de su mandato, está encantado de que reclamen sus servicios. A pesar de ello, Pastrana sabe que "Castro tiene todavía mucha influencia sobre las FARC".
La reunión de Costa Rica la sugirió Pastrana, a la vez, a la guerrilla y a Washington para que Estados Unidos tuviera conocimiento de primera mano de que allí estaba la oportunidad de erradicar los cultivos de coca. "Y Washington pidió que estuviera presente también Bogotá".
"Contrariamente a lo que se dice, estoy cumpliendo mi cronograma. En agosto -tras la victoria electoral del día 21 de junio- dije: 90 días para la distensión; 90 días para el diálogo, y 90 días para la negociación. Y estamos a punto de comenzar la negociación. Los tres representantes del Gobierno que he nombrado para dialogar con la guerrilla son sólo prenegociadores, porque con los hombres de las FARC tienen que establecer una agenda de conversaciones, ver si hay voluntad de paz. Sólo entonces, en este mes que queda del despeje del 7 de enero al 7 de febrero, sabremos si va a haber o no negociaciones". Pero a Pastrana se le nota que sólo un optimismo recobrado, después de semanas de oír de todas las latitudes que el proceso estaba empantanado, le hace ser prudente. Ahora se siente seguro.
"Las FARC sólo quieren un espacio político. Pero para ello es preciso que se desnarcoticen. Para eso fue la reunión de Costa Rica. Para que Estados Unidos conociera su decisión de destruir la coca, que es el mayor enemigo de la paz". Pero las dificultades sin duda no han hecho sino comenzar. Las FARC se oponen al plan estadounidense de fumigar desde el aire las hectáreas de coca porque eso destroza el país sin crear nada a cambio. El presidente Pastrana se opone también, pero con la prudencia debida hacia el gran amigo del norte. "Hay que distinguir entre latifundio y minifundio. Es comprensible que se arrasen desde el aire las grandes extensiones de cultivo de coca, las de más de mil hectáreas que son relativamente pocas, y que todas pertenecen a narcotraficantes. Pero no el minifundio, las parcelas de una o dos hectáreas de pequeños campesinos a los que hay que procurar un desarrollo alternativo; erradicar y plantar otros cultivos, para lo que hace falta plata ".
"No, no hay acuerdo todavía sobre este punto. Y aunque sigue habiendo partidarios de la fumigación en Estados Unidos, también empiezan a comprender. Pocos días antes de que yo visitara Washington después de mi elección, el presidente Clinton retiró a las FARC oficialmente de la lista de la narcoguerrilla, para calificarlas únicamente de movimiento guerrillero o terrorista". Entendido desde la óptica colombiana, ser sólo guerrillero o terrorista es una distinción; la del asesino sin malas intenciones.
Esa guerrilla que recibe tan matizado galardón, y aunque hoy comience a prenegociar, no ha declarado ni siquiera una tregua, ni tampoco ha dejado de secuestrar. Una médica española, Camino Villanueva, se halla desde primeros de diciembre en poder de algún grupo guerrillero, que puede ser las FARC, aunque no haya habido reivindicación alguna. El presidente no tiene visiblemente información sobre el caso. "Prometo investigarlo. En unos días sabré alguna cosa". Pero lo que sí va a hacer es plantear en la prenegociación, en cuyo equipo se halla María Emma Mejía, ex ministra de Exteriores con la anterior Administración liberal de Ernesto Samper, "la necesidad de que la guerrilla deje de secuestrar". Entre otras cosas, porque las FARC piden el canje de 450 insurgentes presos por unos trescientos soldados y policías en su poder y, si no paran los secuestros, esto será el cuento del canje interminable. "Sí. La autorización que reciba del Congreso para liberar a guerrilleros ha de ser de una sola vez, para acabar con ese problema para siempre". No habrá, sin embargo, ley de indulto, como se dice púdicamente en lo oficial, para intercambiar prisioneros de guerra, en versión de las FARC. Al menos hasta el mes de junio, según marchan los trabajos del Congreso. "Es una mala imagen. Ya se lo he dicho yo a ellos, que no pueden seguir secuestrando. Es increíble, estando como están instalados en México, donde tienen una gran presencia reconocida, han secuestrado recientemente a mexicanos, como los cuatro gringos [estadounidenses] que también tienen en sus manos".
El próximo día 26, Pastrana inicia un largo viaje a Europa para asistir en Múnich a una reunión del Banco Mundial, seguirá a Bruselas, donde visitará el Parlamento Europeo, y finalmente llegará a Madrid el 15 de marzo porque "España ha de jugar un papel predominante en la búsqueda de la paz. Así lo quiere José María Aznar, que me lo dijo por teléfono el día de Nochebuena y el propio rey Juan Carlos en Porto, ofreciendo a España como una de las sedes futuras para negociar".
En teoría, el tiempo del despeje decretado por 90 días, con retirada total de Ejército y policía de cinco municipios colombianos desde el 7 de noviembre pasado, ha de concluir el próximo 7 de febrero, ante lo que se plantea la posibilidad de una prórroga puesto que en el mes que queda no podrá haber más de tres o cuatro sesiones formales. "No lo sabemos. Precisamente para eso son estas jornadas, para determinar cómo se va a negociar; igual se decide seguir las conversaciones en Toledo, o en San José, que también lo han pedido, por lo que entonces no haría falta prorrogar el despeje".
Pero Pastrana sabe que las FARC, al menos de momento, quieren tener en Colombia su luz y taquígrafos particulares para que la opinión nacional les vea obrar con lo que ellos consideran absoluta buena fe.
En toda la zona del despeje ha habido un solo hecho violento con muerte en los dos últimos meses; es decir, en el tiempo que llevan los soldados y la fuerza pública alejados de estos parajes, cuando antes la criminalidad, y no sólo guerrillera, era la correspondiente a los altísimos índices de todo el país. Ésa es la imagen que las FARC quieren dar de la nueva Colombia sobre la que de hecho gobiernan. Una nueva Arcadia guerrillera.
El presidente Pastrana, en cualquier caso, vuelve a estar exultante. Y, como siempre, tiene prisa. Dentro de unas horas ha de tomar el avión que le lleve a San Vicente a descorrer el telón del primer acto de su guerra política por la paz.
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