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Entrevista:CARLES GASÒLIBAEURODIPUTADO

"El euro se revaluará rápidamente porque es más que la suma de 11 economías"

Carles Gasòliba, nacido en 1945, pasó de la política nacionalista catalana en Madrid a la europea. Fue jefe de filas de Convergència i Unió (CiU) en las elecciones al Parlamento Europeo de 1987, 1989 y 1994. Lleva más de 20 años siguiendo la política bruselense. En 1996 ingresó en la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras dando por hecho que la entelequia euro se convertiría en realidad. Pocos le creyeron. Pregunta. Se ha puesto en marcha el euro y mucha gente tiene la impresión de que es una moneda para bancos y grandes empresas, pero que no tiene gran trascendencia para trabajadores o pensionistas... Respuesta. El hecho de que el euro físico, que llevaremos en los bolsillos, no aparezca hasta el 2002 convierte el euro de hoy en un asunto macroeconómico, de grandes instituciones. Si hubiera entrado hoy en funcionamiento real, con monedas y billetes, habría una percepción popular del euro. Sin embargo, sus efectos ya se han notado antes de su existencia. En la economía española, el proceso de convergencia económica y de disciplina para cumplir los objetivos del Tratado de Maastricht ha significado una baja muy fuerte de la inflación y de los tipos de interés. Quizá el ciudadano no lo haya atribuido al euro, pero si bajan las hipotecas y los créditos; si los precios se mantienen estables e incluso se revalorizan las pensiones y los salarios porque la inflación baja más de lo esperado, es porque el efecto euro se dejaba sentir. P. Una zona que persigue la estabilidad... R. De hecho, estar en la zona euro quiere decir estar instalados en la zona que tiene como objetivos prioritarios la solidez y la estabilidad. El Tratado de Maastricht establece que el gobernador del Banco Central Europeo, Wim Duisemberg, ha de mantener por encima de todo, la estabilidad de precios. Eso configura -por mandato constitucional europeo- una zona de muy baja inflación, que aspira al máximo de solidez. P. Pero muchos políticos presumen del famoso 166,386 pesetas por un euro. ¿No le parece un tanto peligroso? R. El euro garantiza estabilidad de precios. Esto da ventajas. Los costes de cambio y las incertidumbres desaparecerán. En el turismo, nos da ventajas sobre las zonas donde no hay euro. Alemanes o franceses no tendrán molestias de cambio adicionales. Una serie de sectores saldrán ganando con el euro. De forma recurrente, la economía española, cuando perdía competitividad, devaluaba. Ese ajuste monetario se pierde. Con el euro salen ganando los que son competitivos, tienen proyectos empresariales válidos y desarrollan productos con futuro. En contrapartida, la economía especulativa sale perdiendo. P. Cuando la supervivencia depende de la devaluación quiere decir que el efecto euro sí va a ser negativo para alguien, será para los salarios menos cualificados... R. Ese es un problema europeo. El informe Delors, con título muy significativo: Sobre el crecimiento, el empleo y la competitividad, incluye dos aspectos imprescindibles: la mejora de infraestructuras que favorezcan el entorno productivo, la tecnología, y el incremento de la calidad de la formación. Las economías avanzadas, con la globalización, sólo pueden ser competitivas con productos de alta calidad y que requieren mano de obra cada vez más cualificada. P. La voluntad política de mantener un euro fuerte en los mercados, ¿supondrá un sobreesfuerzo para las exportaciones? R. Es obvio que este factor dificulta una expansión más acentuada de nuestro sector exportador, que ha tenido una magnífica trayectoria. Sin embargo, era previsible. En los primeros años, el euro tiene que ganarse la credibilidad. Yo siempre le planteaba a Duisemberg dos dudas: la representación del euro internacionalmente, porque la fórmula decidida es muy complicada, y la presentación en sociedad del euro. Mi tesis es que se revaluará porque los gestores de los enormes fondos de inversión, por un simple criterio de diversificación del riesgo, pondrán una parte en euros. Por ello, el euro será un poco más que las economías de los Once sumadas. La demanda de euros por parte de los gestores de carteras y reservas lo revaluará. Duisemberg siempre me dice que este efecto será muy moderado porque nadie duda de la liquidez del dólar. El euro tiene que ganarse esa credibilidad. Duisemberg no piensa en un euro coyunturalmente fuerte, sino en mantener una moneda sólida y estable sin concesiones. P. El Banco Central Europeo, tras el escándalo inicial sobre su presidencia, tomará decisiones por mayoría simple. ¿Parece que algo hemos aprendido? R. Sí, se le atribuyen unas capacidades para asegurar su independencia y para garantizar el cumplimiento de los objetivos que le fijó Maastricht, sobre todo: la estabilidad de precios. Creo que hay aspectos en los que la realidad se impondrá; por ejemplo, en la dirección e independencia. La política económica de la zona europea está fijada por el Consejo Económico, es decir, los ministros de Economía y Finanzas, pero en el día a día, la dirección de esa política favorece un papel preeminente del Banco Central Europeo, lo cual tampoco acaba de ser totalmente positivo. P. Si Bruselas quiere un euro fuerte, está claro que no bajarán más los tipos de interés... R. Los gobernadores de los bancos centrales están acostumbrados a darnos sorpresas. A primeros de diciembre nadie apostaba por una bajada de tipos del 3,5% al 3% y se produjo. Nadie imaginaba el ajuste de los tipos de interés italianos. En consecuencia, los gobernadores de los bancos centrales toman decisiones en los momentos más idóneos e inesperados. Creo que la evolución de los tipos de interés no es inamovible, como dice también Duisemberg. Hay que ver cómo evoluciona la economía en 1999 y ver si hay margen para nuevas bajadas de tipos. P. ¿Cuál sería una buena paridad euro / dólar? Sobre todo si tenemos en cuenta que su PIB per cápita es superior al europeo... R. Con el euro nos acercamos más a los norteamericanos.Yo desearía un acercamiento y si puede ser una paridad de un euro, un dólar; eso nos daría más competitividad. Aunque lo veo dificil porque también depende de que los norteamericanos se dejen. Pero lo que sí está claro es que las economías de escala y sinergias de Europa se aprovechan mejor con el euro. Ya verán cómo habrá una concentración de compras de materias primas en euros, y eso afectará al petróleo, la soja, el maíz, el tabaco o los metales. P. ¿Qué le parece el objetivo de Rodrigo Rato que aspira a rentas medias europeas en ocho años? R. Me parece una visión inteligente sobre la base de poder seguir pidiendo la participación española favorecida por la aplicación de la política de cohesión económico-social hasta el final del periodo de la Agenda, el año 2006. Rato les dice a los europeos: "Hemos hecho el proceso de convergencia económica, pero no tenemos ultimado el proceso de convergencia real porque la renta por habitante del Estado español aún está por debajo del 90% de la media europea; en ese periodo aun os pido fondos". Y eso coincide con algo que se sabe en Bruselas, y es que hasta el 2004-2006 no se realizará la primera ampliación.

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