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El primer hospital público gestionado por una empresa privada se abre hoy

Críticas al modelo de Alzira por "convertir la sanidad en un negocio"

, El nuevo hospital de Alzira (Valencia), que será gestionado por una Unión Temporal de Empresas por un periodo mínimo de diez años, abre sus puertas esta noche con un primer turno de trabajadores que festejarán el comienzo del año con los directivos del hospital. Se trata del primer centro público de gestión privada -atenderá a 230.000 personas- que representa, según la oposición, el paradigma de la sanidad convertida en "negocio".

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Dos horas antes de que finalice el año, una treintena de trabajadores iniciarán su actividad en el nuevo hospital, que inaugurará el servicio de Urgencias y la Unidad de Vigilancia Intensiva, además del área quirúrgica y hospitalaria, por si hubiera que hacer frente a algún accidente circulatorio. La dirección del centro, informa , ha previsto una cena especial para este primer turno de trabajadores, en la que no faltarán las uvas y el cotillón.Se cumplen así las previsiones del Gobierno valenciano, que se comprometió a inaugurar el hospital el primero de enero de 1999. La fórmula de gestión elegida para este centro sanitario se basa en la separación entre financiación y provisión de servicios. A la Unión Temporal de Empresas integrada por la compañía de seguros médicos Adeslas (51% de las acciones), Dragados y Construcciones, Lubasa y tres Cajas de Ahorro le corresponde la gestión del hospital, en virtud de una concesión administrativa por un periodo de diez años prorrogables a 15, transcurridos los cuales deberá entregar el hospital al Gobierno valenciano.

La financiación se basa en un pago capitativo (34.000 pesetas por paciente y año), para una población cercana a los 230.000 habitantes, lo que significa que Adeslas y sus socios percibirán anualmente 7.800 millones de pesetas (650 al mes) para dar cobertura sanitaria a toda una comarca.

Además del personal estatutario, que se trasladará al hospital desde los centros de especialidades de la zona después de luchar hasta el último momento por preservar su horario y estatuto laboral, el hospital está cerrando todavía su plantilla con médicos ajenos al sistema o procedentes de la sanidad pública, a los que se ofrece un salario similar al que percibían, más un complemento de adhesión e incentivos por actividad, según el baremo de actos médicos de Adeslas. La atención a enfermos no pertenecientes al Sistema Nacional de Salud será abonada de forma distinta.

Esto significa, a juicio de la oposición y los sindicatos, que en un mismo servicio habrá trabajadores con distinto salario y condiciones laborales, sujetos a regímenes jurídicos diferentes. Los socialistas temen que en el hospital pueda haber pacientes de segunda (los de la cartilla) y de primera (los de seguros privados). La jefatura del personal estatutario recae en la comisionada de la Consejería de Sanidad, mientras que la gerencia del hospital la desempeñará un economista de 36 años que ya fue director gerente de varias clínicas privadas.

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