La Junta anuncia a los sindicatos la liquidación de Cárnicas Molina
"Una inocentada de mal gusto". Así calificó Damián Jiménez, presidente de uno de los dos comités de empresa de la cárnica jiennense Hijos de Andrés Molina (Hamsa), el resultado de la reunión que ayer por la tarde mantuvieron los sindicatos con el director general de Trabajo de la Junta, Antonio Márquez, con el gerente de la empresa, César Braña, y técnicos del IFA, que les dijeron que hay que proceder a la liquidación de la empresa y provocar el ingreso de una nueva compañía que garantice la actividad industrial.
Márquez explicó a los sindicatos que la venta de la empresa cárnica no está cerrada, de hecho todavía no se ha sellado ningún protocolo sobre las condiciones de la operación. Pero también les dejó claro que la única opción, después del pronunciamiento de la Unión Europea en contra de las ayudas públicas que ha recibido Molina, es proceder a la liquidación y provocar el ingreso de una nueva compañía que garantice la actividad así como el mayor número de "empleos de calidad". Eso podría llevar implícita la desaparición de la marca del mercado, aunque, por el momento, se sigue contabilizando este aspecto como un activo. La liquidación es algo "inevitable", según el director general de empleo, por la resolución de la Unión Europea que obliga a su propietario a devolver los 9.000 millones de pesetas que recibió la empresa en conceptos de ayudas públicas cuando, en 1995, la crisis en la que se vio inmersa amenazaba con llevarla a la quiebra. Esas ayudas ascienden a 9.000 millones de pesetas que se incorporarían al pasivo de la empresa, en caso de que, definitivamente, no se liquidara. Los sindicatos abandonaron la reunión con un claro gesto de preocupación. Sólo Juan Lanzas, representante de UGT, realizó algunas precisiones para indicar que aún "no hay nada hecho", pero que para el futuro de la compañías "será fundamental la primera quincena de enero". Esta fecha será básica porque, a estas alturas, el Instituto de Fomentó de Andalucía no dispone tiempo material para cerrar la venta, a no ser que estuviera hecha de antemano. El director general de Trabajo afirmó que es preciso, antes de que se dé por concluida la operación, sellar "un protocolo de intenciones", en el que se está trabajando, donde se defina no sólo el compromiso de la adquisición sino lo que llamó "el escenario donde se va a ejecutar esa compra". Para el Gobierno andaluz, que a través del IFA posee el 80% de las acciones de la empresa, el "nudo gordiano" de la negociación está en conseguir el mantenimiento del máximo número posible de empleos. De hecho, a pesar de que la venta no se ha cerrado, se da por sentado que habrá "un excedente" de plantilla que habrá que corregir. La Administración se centra en defender empleos de calidad. "No queremos vender empleos en precario", aseguró Márquez. Los sindicatos, al menos UGT, no consentirán la regulación de empleo, aunque sí las bajas incentivadas. Lo que no trascendió de la reunión, al menos oficialmente, es qué empresa será la que asuma a la cárnica. Márquez dijo que con una de las dos que se está negociando el proceso se encuentra en "una posición bastante avanzada". Los sindicatos señalan directamente a Campofrío, aunque los contactos con El Pozo, según la Junta, se siguen manteniendo. En cualquier caso, ambas dejarían la puerta abierta a la desaparición de la marca, puesto que la liquidación supone la instalación de una nueva empresa. Junta y sindicatos se han emplazado a una nueva reunión para después de Navidad. Hasta entonces, el IFA seguirá negociando con las dos posibles compradoras.
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