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El albacea prueba la oposición del artista a la fundación

Olivier Weber-Caflisch, albacea de Antonio Saura y portavoz y abogado de sus herederas, Mercedes Beldarrain y Marina Saura, ha mandado un nuevo escrito a los medios para tratar de zanjar el litigio entablado desde la muerte del pintor entre lo que denomina "fundación en vías de creación" y los familiares del artista.

Weber-Caflisch recuerda: "Desde el 13 de agosto de 1998 los miembros del patronato de la fundación en vías de creación fueron informados de las instrucciones que recibí de Antonio Saura, a saber, que en el caso de su fallecimiento, el proyecto de una fundación que llevase su nombre ya no podría llevarse a cabo".

"La fundación no existe ni ha existido nunca", agrega Weber-Caflisch: "Fue un proyecto en el que el artista se volcó tras sus reticencias iniciales -debidas a su escepticismo respecto a este tipo de iniciativas, por considerar que, a menudo, terminan siendo meros "mausoleos"-, pero del cual se desvinculó con instrucciones precisas e inequívocas, transmitidas a su esposa y a su hija verbalmente, y, a mí, por escrito".

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El albacea explica que las dificultades de orden administrativo y financiero llevaron a Saura "a no ocultar su desilusión y su frustración a cuantos quisieron escucharle", ya que no vislumbraba "un avance palpable en las gestiones emprendidas, ni un compromiso satisfactorio". Y añade: "Por ello, aunque siguiera mostrando entusiasmo -era su manera valiente y carismática de alentar el compromiso de las instituciones, así como su postura ante la vida y la enfermedad-, se aseguró de que este proyecto personal de fundación privada no siguiera adelante".

Sin personalidad jurídica

Weber-Caflisch recuerda que a día de hoy la fundación "no está válidamente constituida ni inscrita de forma legal. No tiene personalidad jurídica y las acciones emprendidas comprometen la responsabilidad personal de sus miembros".El escrito reitera que el testamento de Saura "descarta cualquier legado, sea cual fuere, a la fundación", y reproduce sus instrucciones post-mortem al respecto: "6. La Fundación. La mayor parte de los compromisos adquiridos en 1995, así como las promesas realizadas posteriormente, no se han cumplido al día de hoy. (...) El incumplimiento de las personas y administraciones concernidas no ha permitido que este proyecto se realizara. No está garantizada su perennidad (...) y seguramente no lo estará el día en que yo falte. Te pido expresamente que interrumpas todas las gestiones en curso y que pongas fin a este proyecto por todos los medios que juzgues útiles emplear. No debe crearse ninguna fundación o institución análoga que lleve mi nombre sin el acuerdo previo y unánime de Mercedes, Marina y tuyo".

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