Multas de 100 millones

Las diferencias entre los grandes y pequeños comerciantes han obligado a la Comunidad elaborar una ley que pretende aunar los intereses de ambos colectivos. Mientras las grandes superficies quieren que el Gobierno les permita abrir todos los días festivos, los pequeños comerciantes -cerca de 150.000- reclaman el cierre durante las jornadas de fiesta, ya que no pueden hacer frente a los gastos extras que supondría mantener abiertos sus negocios tantas jornadas consecutivas. El anteproyecto establece tres tipos de infracciones: leves, graves y muy graves. Estas últimas pueden ser castigadas con multas de hasta cien millones. Se impondrán cuando entre en funcionamiento una gran superficie sin haber obtenido la licencia de apertura regional. Y es que el Gobierno se arroga mediante esta ley no la última, sino la primera palabra a la hora de conceder los permisos para las grandes superfices. El permiso será "previo y necesario a la concesión por los Ayuntamientos de las correspondientes licencias municipales". Las faltas graves (hasta 2,5 millones) vendrán motivas por la apertura en festivos no autorizados, uso de publicidad engañosa, la realización de operaciones "en cadena o pirámide" o el anuncio de ventas directas como si fueran de fabricantes o mayoristas.