Las centrales y el Gobierno acuerdan no hacer públicos los resultados de los comicios sindicales hasta su conclusión

Los cuatro principales sindicatos vascos (ELA, CC OO, UGT y LAB) representados en la Comisión Central de Seguimiento y Control de la Elecciones Sindicales y el Gobierno vasco han establecido un acuerdo no escrito para no dar a conocer resultados globales o tendencias de voto en las elecciones sindicales hasta que concluya el proceso en enero. Esta decisión se tomó con el argumento de mantener la "paz sindical". En el seno de la comisión se llegó a este compromiso para pacificar las elecciones sindicales, dada la crispación y división que existe entre los sindicatos nacionalistas y los de ámbito estatal. Aunque el proceso electoral está abierto de forma permanente, el grueso de las votaciones se ha concentrado entre septiembre y diciembre de este año. El procedimiento reglado es que una vez que se celebran las elecciones en cada centro de trabajo, las resultados se registran en el Departamento de Trabajo, garante de la limpieza del proceso, por lo que en principio son datos públicos. El actual periodo electoral es particularmente relevante, dada la exacerbación de la rivalidad existente entre los sindicatos nacionalistas (el mayoritario ELA y LAB) y los de ámbito estatal (Comisiones Obreras y UGT), además de porque en él se decide el peso específico de cada sindicato. En el mes de septiembre, cuando comenzó el el actual periodo electoral, ELA contaba con el 39,8 de los delegados sindicales de Euskadi, una hegemonía que el sindicato que dirige José Elorrieta prolonga desde la década de los ochenta; CC OO, el 16,86%; UGT, el 16%, y LAB, un raspado 15,09%. Datos reservados El veredicto que expresen los resultados electorales de estos meses sobre cada central va a condicionar que los tres minoritarios mantengan o puedan perder el estatus de sindicato representativo, que da derecho a participar en los órganos institucionales y a negociar convenios de ámbito superior. Este límite está fijado por ley en el 15% del total de delegados que se eligen en los centros de trabajo de la comunidad autónoma. Tanto el Departamento de Trabajo como los sindicatos han expresado su negativa, en el nombre de este acuerdo, a facilitar datos o resultados parciales del proceso electoral, que ya ha afectado a casi el 85% de los delegados en disputa, pese a que en teoría son de dominio público. Hasta el momento, las centrales sindicales representativas y las minoritarias que tienen un peso significativo en sectores concretos han dado solamente datos parciales de las empresas y centro de trabajo en los que han obtenido unos resultados favorables, mientras que se han abstenido de hacerlo en los casos que le eran adversos. No obstante, Comisiones Obreras, que tiene un acuerdo federal con UGT para ofrecer los datos simultaneamente, ha anunciado que probablemente convocará una rueda de prensa la semana próxima para avanzar los datos de su central. Según fuentes sindicales, la marcha de las elecciones no está siendo favorable para LAB, pese al protagonismo público que el sindicato vinculado a HB ha tenido en los últimos años mediante su unidad de acción con ELA. A diferencia de lo ocurrido a nivel político con Euskal Herritarrok, a quien la tregua de ETA situó como tercera fuerza política vasca, la central que dirige Rafael Díez Usabiaga corre el riesgo de perder la condición de sindicato más representativo, que consiguió en 1995 por algunas décimas, (15,42%). Bajar de la barrera del 15% sacaría a LAB de foros de decisión como el Consejo de Relaciones Laborales (CRL), donde se negocia con la patronal Confebask un acuerdo sobre el empleo, o el Consejo Económico y Social (CES), órgano consultivo del País Vasco en materia socioeconómica. Por el contrario, ELA, pese al tropiezo en la Ertzaintza ante Erne, parece conservar su situación de privilegio, gracias a su peso en las pequeñas y medianas empresas (pymes) y las administraciones públicas vascas.