Los sindicatos nacionalistas y los corporativos se disputan la hegemonía en los centros de Osakidetza

El Servicio Vasco de Salud, la primera empresa del País Vasco por número de trabajadores, celebrará mañana las primeras elecciones sindicales tras la aprobación de la Ley de Ordenación Sanitaria, en junio del año pasado. Un total de 23.000 empleados -divididos en médicos, personal de enfermería, auxiliares de enfermería, celadores y administrativos- podrán elegir a 309 delegados. La cita con las urnas pondrá a prueba la relación de fuerzas que existe entre los sindicatos corporativos o profesionales (médicos y enfermeras) y los de clase (ELA, LAB, UGT y CC OO).

En estos momentos, la hegemonía de los sindicatos de clase nacionalistas es indudable. En los anteriores comicios, ELA y LAB sumaron el 45,53% de las papeletas (29,57 y 15,96% respectivamente) frente al 28,17% del Sindicato Médico (11,27%) y del Sindicato de Enfermería (16,9%), y el 14,08% que suman CC OO (7,04%) y UGT (7,04%). De esta forma, sólo las centrales nacionalistas y los sindicatos de médicos y el de Enfermería han negociado durante los últimos cuatro años con la dirección de Osakidetza las condiciones del personal sanitario. CC OO y UGT han tenido voz en ese foro en atención a que son los sindicatos más representativos en el resto de España, pero no voto. Mientras los sindicatos profesionales acusan a los de clase de no conocer la idiosincrasia y las particularidades de colectivos como médicos o enfermeras, ELA y LAB replican que su corporativismo sólo contribuye a fragmentar el voto y dividir las fuerzas. Y en medio de la diana sindical, la dirección de Osakidetza, que este año ha tenido que aprobar mediante un decreto del Gobierno las condiciones laborales para 1998, ante la falta de acuerdo con las centrales. La mayor novedad de la convocatoria radica en los nuevos ámbitos electorales. Por primera vez se elegirán delegados para las juntas de personal de las cuatro áreas específicas que integran Osakidetza: atención especializada (hospitales), atención primaria (centros de salud), atención psiquiátrica y la Unidad Territorial de Emergencias (UTE). Además se mantienen los comités de empresa de los hospitales transferidos por las diputaciones, cuyos trabajadores están sujetos a un régimen laboral diferente: Basurto y Santa Marina en Vizcaya; Hospital de Guipúzcoa, Mondragón y Amara en Guipúzcoa, y Santiago y Las Nieves en Álava. Hasta ahora, se elegían delegados para las tres juntas de personal de cada territorio. De los 240 representantes sindicales actuales se pasa a 309. Las diferencias entre sindicatos en cuanto a planteamientos son escasas. Los problemas son comunes a todos ellos: denegación de licencias por asuntos particulares, cambios de calendario, movilidad entre plantas y listas de contratación. Sin embargo, la sección de UGT se hace una crítica rotunda al trabajo realizado por la mayoría formada por los sindicatos nacionalistas y corporativos. "Hemos perdido más de 7.000 millones en retribuciones en cuatro años por la congelación de 1994 y 1997 y el incumplimiento del acuerdo 92-96. La mayoría no ha sabido negociar", dice el ugetista Alfonso Romano.