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¿La Concha o el Guggenheim?

1999 será el año de los palacios de congresos en el País Vasco. A poco más de 100 kilómetros de distancia, las inauguraciones de Euskalduna, en Bilbao, y el Kursaal, en San Sebastián, se sucederán en menos de tres meses. A orillas de la ría de Bilbao, sobre los solares que ocupado antaño por el astillero Euskalduna, se ultiman las obras de un gigantesco edificio, al que los arquitectos Federico Soriano y Dolores Palacio han querido dar el aspecto de un buque en construcción, de una altura de más de 50 metros y fachadas de metal oxidado. Deberá estar listo para su inauguración oficial el 19 de febrero. San Sebastián encargó su palacio de congresos del Kursaal al prestigioso Rafael Moneo, quien inventó para su edificio la poética definición de "rocas varadas" en la desembocadura del Urumea. Su apertura se espera para el próximo mes de mayo. Ambos centros venden espléndidos edificios, que completan las instalaciones destinadas a congresos y reuniones con grandes auditorios, destinados a cubrir el déficit que en este terreno sufren las dos capitales vascas. En la carrera por conseguir clientes, ambas ciudades tendrán que mover todas sus bazas para conseguir rentabilizar las inversiones, unos 9.000 millones de pesetas en el Kursaal y más de 12.000 en el palacio Euskalduna. El director general de Euskalduna, Jon Ortuzar, asegura que el Kursaal no es un competidor frontal. "El gran congreso es rotatorio", explica. "Se tiene una vez y no vuelve en años. La ventaja comparativa de Bilbao reside en la capacidad interna para generar muchas reuniones profesionales. El 99 % de las reuniones para el próximo año lo impulsa alguien desde aquí". El gerente del Kursaal, José Miguel Ayerza, entiende que "hay negocio para todos" y propone una colaboración más cercana de cara a ofrecer al exterior el eje transfronterizo formado por Bilbao, San Sebastián y Biarritz. "Tenemos que hacer un esfuerzo para presentarnos como una oferta global, un polo de atracción con alta densidad de palacios de congresos. Después ya haremos cosa conjuntas o competiremos", indica. Y sentencia: "Somos pequeños para destacar fuera de forma individual" . Los responsables de ambos palacios rechazan un pacto de especialización que les salve de cruzarse en la lucha por conseguir clientes. "San Sebastián quizá pueda optar a las reuniones de incentivo a los empleados o las convenciones que se plantean como un premio", aventura Ortuzar. "Bilbao no va a entrar a competir en ese campo con Mallorca, por ejemplo". San Sebastián jugará las bazas de su atractivo paisajístico, su vida cultural y la cara amable de la ciudad, con un palacio de congresos céntrico desde el que se puede disfrutar de la Concha y se puede ir andando a comer a un restaurante de primera fila. Bilbao tiene detrás la tradición financiera e industrial, pero, sobre todo lo que puede ofrecer, cuenta con el tirón del Museo Guggenheim, situado a escasos 500 metros de Euskalduna. "El Guggenheim es un gran apoyo, gracias al cual que es infinitamente más fácil vender la candidatura de Bilbao", dice Ortuzar. Antes de acabar 1998, Euskalduna ya cuenta para el próximo año con 36 congresos -entre ellos, una reunión médica sobre el síndrome de Alzheimer, con más de 1.700 congresistas- tres convenciones y 12 actos sociales. En San Sebastián, el primero llegará en junio, con 500 asistentes. Por el momento, el Kursaal cuenta con 14 reservas para celebrar congresos en su primer año de funcionamiento, pero sus cálculos apuntan a que en dos años conseguirá llegar a los 20.000 congresistas. Enric Truñó, concejal de Turismo de Barcelona durante siete años que coincidieron con la preparación de los Juegos Olímpicos del 92, defiende la competencia entre ciudades por captar congresos. "Las ciudades también son una mercancía", asegura. "Es legítimo que cada ciudad apueste por el turismo urbano, de congresos". Truñó cree que ni Bilbao ni San Sebastián pueden renunciar una en beneficio de otra. "Significaría que se ha aceptado un pacto por encima de las ciudades", añade. "Hay un mercado en crecimiento en el marco europeo al que dos ciudades como Bilbao y San Sebastián pueden acceder desde la competencia y la colaboración, siempre dentro de la lealtad". Contar con un palacio no es la condición única. "La política de captación de clientes vende la ciudad en su conjunto, pero necesita más que una política adecuada de promoción , infraestructuras y un entorno atractivo. El impulso que pone en marcha un congreso parte en la inmensa mayoría de los casos de un socio local de prestigio", remarca Truño. O lo que es lo mismo, un profesional con suficiente prestigio entre sus colegas como para arrastrar el congreso a su ciudad. Doble estructura La doble estructura -palacio de congresos y auditorio- es común a los dos centros. "El mejor palacio de congresos se dedica sólo a los congresos", afirma Ortuzar, pero tanto Euskalduna como el Kursaal van a convertir el auditorio en una virtud que sume flexibilidad al conjunto. En el Kursaal se ofrecerá la Quincena Musical, el Festival de Jazz, el Festival Internacional de Cine y los conciertos de abono de la Orquesta Sinfónica de Euskadi (OSE). "Se ampliarán las actividades si se tienen garantizados los recursos; si las actividades son claramente deficitarias, no se harán", indica Ayerza. Euskalduna quiere huir del modelo Torremolinos. "En la Costa del Sol se adelantaron a los tiempos", dice Ortuzar, "pero entre reunión y reunión, Torremolinos está cerrado. Nosotros queremos mantenernos activos el mayor número de días al año". Para conseguirlo cuentan ya con la temporada lírica de Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera (ABAO) -siete títulos por año, a razón de 17 días de ocupación por cada uno de ellos-, 40 conciertos de la Orquesta Sinfónica de Bilbao, una decena de actuaciones de la Orquesta Sinfónica de Euskadi, y otros conciertos organizados por la Diputación, como el Concurso internacional de canto. Pero de mayo a septiembre el auditorio estará libre., porque Euskalduna renuncia a organizar espectáculos. "Sólo aportamos la infraestructura", recuerda su responsable. La capacidad de los congresos para generar beneficios los hace deseables en todo el mundo. Los congresistas llegan con el bolsillo lleno. Según los datos manejados por la Fundación Actilibre, el gasto medio por día de asistencia oscila entre las 30.000 y 50.000 pesetas en las ciudades punteras. En España los expertos calculan que en la mayoría de los casos las cifras pueden reducirse en un 20%, pero, en cualquier caso, palacio de congresos suena a negocio. PASA A LA PÁGINA SIGUIENTEVIENE DE LA PÁGINA ANTERIOR Bilbao y San Sebastián no están solas en la competición por captar reuniones de congresos, dentro de su área de influencia, para sus flamantes sedes de Euskalduna y el Kursaal. En el mismo eje del norte de España están en liza desde hace años Vitoria, Santander y, por si fuera poco, llegarán al mercado en los próximos años los centros que proyectan constuir Pamplona y Logroño. Y a pocos kilómetros Biarritz arrastra una larga tradición turística internacional. "Hoy en día, no contar con un centro de congresos es un factor de discriminación para una ciudad de tamaño medio", asegura Ortuzar. "Es una infraestructura necesaria, de carácter obligatorio". Vitoria se adelantó en su apuesta por convertirse en una ciudad de servicios. Aunque de proporciones más modestas que sus competidores de Bilbao y San Sebastián, la capital alavesa cuenta con dos centros específicos para la realización de convenciones y reuniones de congresos, que registran un aceptable nivel de actividad. El Ayuntamiento de Vitoria acondicionó con ese fin a mediados de los años 80 el palacio de Villa Suso, una construcción renacentista enclavada en el corazón del casco viejo de la ciudad. El Palacio de congresos Europa, inaugurado en 1989 es el contrapunto de arquitectura moderna y funcional. Una luminosa calle transversal comunica las diferentes dependencias del complejo Europa, entre ellas un salón con capacidad para 500 personas y otros dos recintos de menores dimensiones, con 95 y 85 butacas, respectivamente, y otras dependencias complementarias. Por Vitoria han pasado a lo largo de 1998, una treintena de congresos, desde el VI Congreso de UGT de Euskadi a una reuniñon de psicogeriatría. A las bazas de la capitalidad de Vitoria y su alta calidad de vida, el Palacio de congresos Europa añade las facilidades de conexión con los distintos medios de transporte: el aeropuerto de Foronda está a sólo cuatro kilómetros de distancia, y aún se encuentra más cerca la estación de ferrocarril y los accesos a las autovías que enlazan con Madrid y Bilbao. Los expertos coinciden en que la sociedad del ocio seguirá impulsando el crecimiento del turismo y, de forma más moderada, también los viajes profesionales, los congresos y convenciones. A su favor juega la estabilidad económica, el crecimiento en la capacidad de gasto y la mayor cultura viajera. Pero mirando un paso más allá, los analistas ven una sombra en el futuro: los avances en las comunicaciones, como la videoconferencia, permiten conectar a personas distantes miles de kilómetros sin necesidad de desplazamientos. Los palacios de congresos tendrán que adaptarse a convivir con sistemas de comunicación cada día más accesibles y baratos en cualquier parte del mundo. Y defender el valor de las relaciones personales. "Es un sector en crecimiento porque se generan continuamente nuevos campos", concluye Enric Truñó. "Es el terreno del encuentro humano".

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