Los derechos humanos, una tarea inacabada
En un tercio de los países del planeta se sigue practicando la tortura 50 años después de la Declaración Universal.
Una docena de hombres lucha por existir. Son saharauis sin pasaporte ni reconocimiento de ciudadanía que malviven desde hace tres meses en un hotelucho de la medina de Rabat. Desaparecieron de los registros públicos en 1991, cuando fueron excarcelados de un penal de El Aaiún. No tienen derechos humanos porque no son personas. No existen en los papeles. Numar, Dahan y sus compañeros escriben cartas al rey HassanII y al Gobierno marroquí en nombre de 320 nociudadanos, exprisioneros de guerra arrojados a la nada burocrática. "Sólo queremos ser seres humanos", repiten a quien quiera escucharles.Hoy, 50 años después de la proclamación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos por la ONU, la absurda situación de los desposeídos del antiguo Sáhara español es una gota de agua en el océano del sufrimiento humano.
"Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos". Pero según Amnistía Internacional (AI), en cuyo Informe 1998, un año de promesas rotas se basa ampliamente esta crónica, "para la mayoría, los derechos proclamados en la Declaración no significan mucho más que papel mojado". Para los 1.300 millones de personas que tratan de sobrevivir con menos de un dólar (140 pesetas) al día, para los 35.000 niños que mueren a diario por desnutrición y enfermedades que tienen fácil cura, para los que sufren tortura en un tercio de los países de la Tierra.
En el gráfico que encabeza esta información se reflejan sólo algunos de los Estados que cometieron violaciones de los derechos humanos recogidas en el último informe de AI y que han sido destacados con criterios exclusivamente periodísticos. El mapamundi de piel de leopardo bien podría transformarse en un agujero negro de abusos -30 países sufren conflictos armados: una de cada seis naciones- con todos los datos de AI, y que pueden solicitarse a la dirección de correo electrónico: amnistia. internacional@a-i.es.
"Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta declaración, sin distinción alguna". Pero algunos Gobiernos argumentan que los derechos humanos se basan en conceptos occidentales que son incompatibles con la cultura y tradición de África o Asia, por ejemplo, o con la fe islámica, según las regiones del planeta, para institucionalizar violaciones de los derechos humanos como la mutilación genital femenina.
Pero también Estados Unidos se ha mostrado reticente a firmar convenciones internacionales para la protección de los niños y las mujeres. Y en muchos países occidentales, los refugiados son tratados de forma inhumana. Amnistía Internacional advierte por ello que la universalidad de los derechos humanos no significa imponer valores culturales ajenos. "En realidad, salvaguardar la libertad de pensamiento y de creencia, así como el derecho a no ser discriminado por razón de sexo, raza, idioma o cualquier otra condición, la Declaración Universal de los Derechos Humanos sirve para proteger la diversidad cultural y religiosa". Muchos Gobiernos se escudan también en el desarrollo económico a ultranza para violar lo derechos de sus ciudadanos.
Amnistía Internacional presentó el pasado mes de marzo una serie de recomendaciones a las autoridades españolas para la protección y promoción de los derechos humanos.
En el plano de política interior pide la aplicación de las recomendaciones del Comité de Derechos Humanos y del Comité Contra la Tortura, incluyendo cambios en la legislación antiterrorista, como la supresión de situaciones en las que se permite la extensión de la detención incomunicada y de las restricciones a la asistencia letrada de detenidos.
Al mismo tiempo se recomiendan cambios legislativos para que las personas que solicitan asilo en España no sean devueltas a su país de origen si corren el riesgo de sufrir violaciones de sus derechos humanos.
En los últimos cuatro años, AI ha publicado unos 40 documentos externos sobre España referidos a torturas o malos tratos a detenidos. Para la organización internacional es motivo de especial preocupación el nivel y la frecuencia de los indultos otorgados a funcionarios condenados por delitos de torturas.
Amnistía Internacional reclama hoy, con motivo del 50º aniversario, que la ayuda efectiva de los defensores de los derechos humanos quede plasmada en una declaración de las Naciones Unidas. Su campaña gira en torno a la biografía de 28 personas -abogados, periodistas, líderes religiosos o activistas en defensa de los derechos de las mujeres- amenazadas en países como Brasil, Myanmar, Sudán o Turquía. "Con su labor en primera línea de fuego, los defensores nos recuerdan todo lo que queda por hacer 50 años después".
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