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Reportaje:

Un asesino de células muy popular

La nicotina rompe los epitelios que revisten los vasos sanguíneos y los pulmones

Si un biógrafo quisiera escribir la historia de un cambio espectacular de la mala fama a la respetabilidad -y sobre la débil naturaleza de ese tipo de evoluciones-, la nicotina podría ser un buen protagonista para él.Estudios recientes dirigidos por Blanca Conti-Fine, profesora de la Universidad de Minnesota en Minneapolis-St. Paul (EEUU), revelan que la nicotina puede dañar las células que revisten los vasos sanguíneos por dentro y las vías respiratorias de los pulmones. Los trabajos de Conti-Fine y sus colaboradores se publicaron el mes pasado en el Journal of Pharmacology and Experimental Therapeutics y, este mes, en Molecular Pharmacology.

Después de denunciar la nicotina por sus propiedades altamente adictivas, los científicos empezaron a rehabilitar su reputación, no sólo como medio para ayudar a los fumadores a dejar su hábito mediante chicles o parches, sino también como posible tratamiento de una serie de desórdenes de otro tipo, entre ellos los problemas de tensión, la enfermedad intestinal llamada colitis ulcerosa, el mal de Alzheimer y la enfermedad de Parkinson.

Pero justo cuando la nicotina se acercaba al borde de la respetabilidad, Conti-Fine y otros investigadores han empezado a exigir precaución, preocupados por el hecho de que algunos fumadores utilicen sustitutivos con nicotina no sólo durante los breves periodos para los que están diseñados, sino durante años. Además, si la nicotina se empieza a utilizar para tratar enfermedades crónicas, puede haber importantes efectos secundarios.

En estudios con células cultivadas en el laboratorio, Conti-Fine y sus colaboradores han descubierto que las células que recubren la cara interna de los vasos sanguíneos y de los pulmones tienen receptores llamados "nicotínicos", unas proteínas de la superficie celular que, al pegarse a la nicotina, pueden provocar la destrucción de la la célula. Normalmente, esos receptores se unen a una molécula de señalización, la acetilcolina, que desempeña un papel esencial a la hora de estimular a las células para que mantengan su forma y su conexión entre sí. Como explica Conti-Fine, las células epiteliales que envuelven los pulmones, los vasos sanguíneos y otras superficies del organismo, tienen una forma alargada y plana y encajan unas con otras como las baldosas del suelo. Al activar su receptor, la acetilcolina hace que las células se alarguen y encajen bien unas con otras.

Ruptura

Cuando en lugar de la acetilcolina, es la nicotina la que se posa en el receptor, lo activa inicialmente, pero después hace que deje de funcionar (un proceso llamado desensibilización). Entonces, la señal de alargamiento se interrumpe y la célula se destruye. Conti-Fine explica: "Rompe su conexión con las células vecinas y se hace un agujero".La científica añade que, en los vasos sanguíneos, esos agujeros pueden tener como consecuencia lesiones que provoquen enfermedades arteriales. En los pulmones, los agujeros pueden provocar bronquitis, y en los fumadores, los agujeros pueden contribuir a que otras sustancias químicas causantes de cáncer y presentes en el humo de los cigarrillos penetren en los tejidos.

Conti-Fine afirma que le preocupan especialmente los "cigarrillos sin humo" Eclipse, de RJR Nabiaco, y Accord, de las empresas Philip Morris. Estos cigarrillos liberan nicotina calentando el tabaco en lugar de quemándolo y se comercializan como más seguros que los cigarrillos normales porque exponen a los pulmones a un nivel mucho menor de alquitranes y de otros productos de combustión peligrosos. Pero Conti-Fine afirma que si, tal y como indican sus estudios, la nicotina es perniciosa por sí misma, la gente que consume productos sin humo sigue corriendo el riesgo de contraer enfermedades pulmonares.

Esta investigadora dice que los chicles y los parches no exponen los pulmones a mucha nicotina, ni siquiera procedente de la sangre, así que no es probable que los efectos perniciosos para los pulmones se manifiesten en personas que utilizan esos productos y no fuman. Pero sí expondrían los vasos sanguíneos a la nicotina.

Sin embargo, un amplio estudio en humanos publicado en 1996 no descubrió efectos perniciosos en los chicles de nicotina, ni siquiera entre hombres que los habían consumido regularmente durante cinco años. Otro estudio no reveló problemas de salud en hombres que llevaron puestos tres parches de nicotina diarios durante varios meses. Conti-Fine repone que, de todas formas, es posible que las arterias hayan sufrido daños, pero que tarden años en manifestarse.

Neal Benowitz, jefe del departamento de Farmacología Clínica y Terapeútica Experimental de la Universidad de California en San Francisco, es otro de los investigadores que han sido incapaces de descubrir daños causados por la nicotina de sustitución. Pero Benowitz, considerado por otros científicos como el mejor experto en nicotina de EE UU, afirma que está impresionado por el trabajo de Conti-Fine sobre las células pulmonares y comenta: "Antes, si alguien me hubiera preguntado si estos recursos con nicotina podían causar problemas, le habría contestado que probablemente no. Ahora, esto me hace dudar. Según este trabajo, hacen falta estudios de nicotina inhalada. Quizá no sea inocua".

Sin embargo, Benowitz puntualiza que "la nicotina es siempre menos peligrosa que el consumo de tabaco". El doctor añade que los resultados de Conti-Fine sobre las células de los vasos sanguíneos son más especulativos y que su importancia no está clara.

Jeffrey Olin, presidente del departamento de Medicina Vascular de la Fundación Clínica Cleveland, afirma que hay pruebas claras de que la nicotina sola podría desempeñar un papel importante en una clase de enfermedad vascular. El trastorno es la enfermedad de Buerger, un desorden que sólo se produce entre fumadores. Incluso entre ellos, es poco común. La gente que padece esta enfermedad desarrolla unos daños arteriales tan graves que la circulación les puede fallar en manos y pies y puede ser necesario amputar.

Otros investigadores insinúan que la nicotina puede tener otros efectos perjudiciales, como el de contribuir a la enfermedad de desgaste óseo llamada osteoporosis, que es más común entre fumadores y causa fundamental de las fracturas en personas mayores.

En la Facultad de Odontología de la Universidad de Nebraska, Erik Fung, profesor de Farmacología, ha descubierto desgastes óseos en ratas que fueron alimentadas con dosis de nicotina parecidas a las que obtienen los fumadores.

Los médicos que estudian la interrupción del hábito de fumar contemplan las malas noticias sobre la nicotina con gran precaución, sobre todo porque los descubrimientos llegan en un momento en que los especialistas han empezado a utilizar dosis más elevadas de nicotina durante periodos más largos, como parte de una estrategia "a la desesperada" para ayudar a los fumadores con una adicción grave.

The New York Times

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