La Feria de Durango quiere potenciar la jornada dedicada a los profesionales del sector del libro
La Feria del libro y el disco vasco de Durango, que ayer cerró sus puertas después de seis días de actividad, está cambiando. A diferencia de años anteriores, en esta edición no hubo ni títulos superventas ni excesivas aglomeraciones de público, aunque los organizadores calculan que han recibido la visita de más de 200.000 personas. Los responsables de Durango, sin perder el carácter de gran escaparate de la edición en euskera, quieren estrechar las relaciones con los editores y potenciar la jornada dedicada en exclusiva a los contactos entre profesionales.
El dirigente de la Asociación de editores vascos, Jorge Giménez, esta de acuerdo con la Asociación Gerediaga, responsable de la organización de la Feria de Durango, en la conveniencia de impulsar el día dedicado a los profesionales. Por segundo años consecutivo, la feria fue inaugurada con una jornada cerrada al público y protagonizada por el sector de la edición y los libreros. "Ahora comienza una nueva etapa de mayor colaboración con la Feria de Durango", afirmó ayer Giménez. El primer fruto de la cooperación será la propuesta de creación de programas para responder a las necesidades de grupos específicos dentro del sector. "Hay que cederles un protagonismo directo en la feria", dijeron los responsables de la organización. No es la única novedad que afecta a la organización de la convocatoria de Durango. El Ayuntamiento de la localidad ha asignado una partida en los presupuestos de 1999 para la redacción de un proyecto de construcción de un pabellón permanente para la feria. La iniciativa tiene el visto bueno de la consejera de Cultura en funciones Mari Carmen Garmendia. Balance positivo La organización hizo ayer un balance positivo de los seis días de feria. "Este año ha sido distinto", valoraron ayer. "No ha habido un best-seller ni en libros ni discos. La venta se ha diversificado. Se ha vendido todo tipo de libro y material didacticos". "La feria ha estado muy bien. La estructura en seis días permite que el público se distribuya adecuadamente y evita las avalanchas de gente que se registraban años atrás", añadieron. "Según los editores, no se han discutido los precios". La masiva afluencia de visitantes -más de 200.000 personas, según los datos que manejó la organización- no ha tenido un reflejo en las conferencias y presentaciones de obras. El salón de actos estuvo, en ocasiones casi vacío. "El público que viene a la feria y a las convocatorias del salón de actos no es el mismo", justificaron. "A no ser que sea un nombre potente, acude a la presentación poca gente, sólo quienes están muy interesados". El movimiento económico de la feria es un misterio. Los cálculos, aseguraron los portavoces de la organización, no son fáciles de hacer porque las editoriales no revelan cuánto entra en caja. "Se vende bien", señalan. "Pero es dinero que tenía que corresponder a los libreros". Ayer estaban satisfechos. "Ha sido una sorpresa agradable no pasar frío. Ha habido un ambiente hogareño".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.