La miseria del celibato

Las relaciones confesor-penitente eran de clara desigualdad, según Haliczer, porque la pecadora era analfabeta en el 80% o 90% de los casos. Por ello, dice, "el sacramento de la penitencia fue blanco de muchos ataques anticlericales, porque liberales y republicanos, ya en los siglos XIX y XX, sospecharon que el confesor manipulaba a las mujeres para que éstas se opusieran al progreso. La importancia del confesionario en el siglo pasado se ve en las novelas de Blasco Ibáñez. La Regenta, de Clarín, es una exposición genial de lo que eran el confesionario y la solicitación".¿Qué es lo que más ha impresionado a Stephen Haliczer de su inmersión en los documentos del Santo Oficio? "El gran experimento por parte de la Iglesia de forzar el celibato de los clérigos, que implicaba una enorme cantidad de sufrimientos y miseria, y que no existió en los primeros siglos de su historia. Tal sistema inhumano", dice el profesor de Illinois, "empujó a las solicitaciones, al impedir al clérigo contactos lícitos con mujeres. Es una tragedia humana de grandes proporciones. En esto, la Iglesia no ha cambiado, y es la miseria pura".