¿No podemos esperar al verano?

"Si perjudican la salud, que los niños salgan mañana mismo, que no esperen a Navidad, y si no es así, que aplacen la limpieza hasta el verano". Con estas palabras, Fernando Gomis, presidente de la Asociación de Padres de Alumnos del centro de secundaria de Alicante Mare Nostrum, resumió ayer el sentir de la comunidad escolar tras conocer la decisión de la Consejería de Educación de cerrar el centro durante dos meses y distribuir a los alumnos en otros institutos. En ese tiempo, la Consejería de Medio Ambiente retirará los materiales contaminantes que rodean el centro y proceden del vertedero de la empresa de fertilizantes Cros, que se clausuró en 1974. Los vertidos tóxicos, que contienen concentraciones de materiales pesados muy superiores a los aconsejados por la Organización Mundial de la Salud, se detectaron en mayo de 1997 y afectan a parte del patio escolar y a una zona del barranco de Las Ovejas. Las autoridades anunciaron en septiembre que las clases podrían iniciarse con normalidad porque a pesar de que los escombros eran tóxicos no afectaban a la salud. Tres meses después, Medio Ambiente ha decidido que aprovechará las vacaciones de Navidad para iniciar la descontaminación de la zona, lo que obligará a los 1.414 alumnos a acudir a otros institutos. La dirección del Mare Nostrum cuestionó ayer que la decisión de Educación. Ernesto Torres, director del centro, propondrá a la Administración que posponga las obras hasta mediados de mayo, ya que considera que el cierre "no es factible". "Nos comprometemos a adaptar los planes de estudios para que las clases acaben antes, y la consejería pueda descontaminar la zona durante el verano", señaló Torres. "Nuestra opinión es que de esta manera únicamente los alumnos de tercero de la ESO tendrían que desplazarse el último mes a otro centro escolar", añadió. "¿Por qué tienen tanta prisa ahora en desalojar si esos materiales llevan ahí años?", señaló Gomis. "Si la salud de nuestros hijos peligra lo veo bien, pero si no es así podíamos estudiar otras posibilidades para que no se altere el ritmo normal de las clases". Padres, alumnos y profesores coinciden en señalar que el cierre del Mare Nostrum es muy complejo. Todas las clases se tendrían que dar por las tardes, lo que perjudicaría a los alumnos que trabajan y a los que residen en los pueblos de los alrededores de Alicante. "Tengo compañeros que vienen desde Torrellano o L"Altet y tendrían complicado el asistir a clases por el horario de los autobuses, además otros trabajan o van a academias particulares", señaló Berta Valiente, una estudiante de 22 años que cursa Formación Profesional. El director del centro considera que los profesores se encontrarían con importantes problemas para atender a sus alumnos. "Van a tener que dar una clase en un centro y la siguiente en otro, y en dos sitios a la vez no se puede estar", matizó. Además, precisó que los institutos donde serían realojados los estudiantes del Mare Nostrum carecen de aulas de informática y de laboratorios de idiomas con lo que se perjudicará el nivel de la enseñanza de sus alumnos. Todos los implicados quieren buscar una solución lógica al conflicto, que garantice la salud de los escolares y la calidad de la enseñanza.