Castro decreta el día de Navidad como fiesta permanente en Cuba
La Iglesia católica cubana está de fiesta. Casi 30 años después de que el Gobierno de Fidel Castro suspendiese de forma indefinida el "carácter no laborable" del día de Navidad, la cúpula del Partido Comunista de Cuba (PCC) ha decidido rehabilitar la fecha y que en adelante "cada 25 de diciembre sea considerado día feriado para cristianos y no cristianos, creyentes y no creyentes".
La medida, anunciada ayer de forma sorpresiva por el Buró Político del PCC, es la más importante adoptada por las autoridades cubanas hacia la Iglesia después del viaje del Papa. La jerarquía católica cubana manifestó de inmediato su "satisfacción" por la noticia y expresó su deseo de que en el futuro "continúen" dándose pasos de avance en las relaciones Iglesia- Estado.El año pasado, Fidel Castro declaró festivo el día de Navidad, pero indicó con énfasis que esta medida tenía "carácter excepcional" y se adoptaba sólo como gesto hacia los católicos y el Papa antes del viaje que realizó el pontífice a la isla en enero. Por ello, aunque tanto la Iglesia como el Vaticano habían solicitado al mandatario cubano que este año decretase feriado de nuevo el 25 de diciembre, pocos esperaban que Castro rehabilitase el día de Navidad con carácter definitivo.
"La noticia es motivo de alegría y expresión de cómo se pueden alcanzar cosas mediante el diálogo y la conversación serena", declaró a este diario nada más conocerse la medida el secretario adjunto de la Conferencia Episcopal, José Félix Pérez.
El Buró Político del PCC anunció su decisión a través de un comunicado publicado ayer en la primera página del diario Granma, en el que se afirma que en modo alguno obraron sentimientos antirreligiosos cuando en 1969 se suspendió la celebración del día de Navidad. Las autoridades cubanas recuerdan que esto se hizo sólo por la difícil coyuntura económica que atravesaba el país en aquellos tiempos debido a la llamada "zafra de los 10 millones" y no por motivos políticos.
"La mejor prueba de que la suspensión del feriado del 25 de diciembre no tuvo ni podía tener carácter político es que se mantuvo intocable durante diez años después del triunfo revolucionario, cuando ya se había proclamado el carácter socialista de la Revolución", dice el comunicado, agregando que, por aquel entonces, además del día de Navidad se suspendieron todos los actos conmemorativos del primero de enero, fecha en que fue derrocado por los guerrilleros de Castro el régimen de Batista.
Autocrítica comunista
El Buró Político utiliza una página entera de Granma para justificar la decisión adoptada en 1969 y emplea argumentos que van desde el clima -en "los países del Norte industrialmente desarrollados" nieva en estas fechas, mientras que en Cuba diciembre "es un mes seco, fresco, de los más adecuados para el trabajo en las construcciones y en la siembra"- hasta motivos puramente económicos.Sin embargo, la cúpula de los comunistas cubanos se hace una cierta autocrítica y reconoce que el PCC aplicó al principio "normas estrictas de carácter político e incluso de índole filosófica" que excluían el ingreso de los creyentes en dicha organización política, algo que califica de "incuestionablemente discriminatorio".
Después de una larga reflexión que tiene el propósito de recabar la comprensión de los militantes comunistas, el Buró Político afirma que en estos momentos decretar festivo el día de Navidad es una "prueba de consideración y respeto" hacia los creyentes que contribuye a fortalecer "la unidad indisoluble" del pueblo cubano, y atendiendo a todas esta razones -y otras, como la actitud firme del Papa en contra el embargo norteamericano hacia Cuba-, se anuncia la vuelta del día de Navidad a Cuba.
Para la Iglesia católica cubana, esta medida es quizás la más importante adoptada por el Gobierno de Fidel Castro después del viaje del Papa a la isla, ya que desde entonces las autoridades cubanas apenas habían hecho concesiones a la Iglesia en los temas más importantes, como el acceso a los medios de comunicación y a la educación.
El pasado mes de noviembre, el Gobierno cubano autorizó la entrada a la isla de cuarenta sacerdotes, religiosos y religiosas extranjeros para realizar su trabajo pastoral en distintas diócesis de la isla, entre ellos algunos de origen cubano.
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