El hospital Miguel Servet vacía 200 camas para combatir el brote de 'legionella'
La dirección pide a los familiares de enfermos que se abstengan de permanecer en el centro
200 camas del centro de día del hospital Miguel Servet han sido vaciadas para combatir el brote de legionella que entre septiembre y noviembre se ha cobrado tres vidas. Algunas de esas camas corresponden a enfermos dados de alta. En otros casos los pacientes han sido trasladados a otras dependencias. Las cañerías y conducciones del edificio afectado por el brote comenzaron ayer a ser vaciadas, cloradas y calentadas a elevadas temperaturas para intentar exterminar la bacteria. De momento, no se ha detectado ningún nuevo caso de legionella.
La dirección del hospital explicó ayer que alguno de los 80 pacientes a los que se había citado para ser examinados -personas que habían estado ingresadas en los últimos 15 días en la planta de hematología afectada por el brote- se había negado a someterse a las pruebas porque aseguraba encontrarse en perfecto estado.El gerente del centro, Antonio José Rueda, insistió en que las medidas que se aplicarán en el Miguel Servet a lo largo de este fin de semana son las más eficaces, pero matizó que, a pesar de todo, no está garantizado que la bacteria sea eliminada. Los responsables del hospital confían en obtener los mismos resultados que hace 10 años en el Clínico de Zaragoza, cuando se neutralizó un brote de legionella similar.
Los sindicatos del centro criticaron ayer a la dirección del hospital por, según dijeron, no haber recibido información directa y a tiempo sobre el brote. En cualquier caso, carteles de advertencia recordando la necesidad de no utilizar agua de los grifos fueron repartidos ayer por las dependencias del centro. También se advirtió de las carencias, sobre todo de agua, que sufrirá el hospital. El Miguel Servet ha comprado 12.000 litros de agua envasada para beber, cocinar o lavarse.
También se ha pedido a los familiares de los enfermos que se abstengan de permanecer en el centro este fin de semana, salvo que sea necesario. Uno de los problemas que tiene el hospital es la antigüedad de sus instalaciones y los múltiples recovecos del sistema de agua. La dirección reconoce que es difícil que las medidas para frenar el brote sean efectivas en toda la red. Por ello, se aplicarán en fases para evitar daños en el circuito de agua. También se están limpiando los conductos de aire acondicionado. No se descarta desmontar todo el sistema.
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