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Un científico presenta evidencias de transmisión 'cultural' en las ballenas

Las madres dan a las hijas información útil

Javier Sampedro

Hal Whitehead, un científico de la Universidad de Dalhousie (Nueva Escocia, Canadá), ha encontrado evidencias de que las ballenas se transmiten, de madres a hijas, información útil para la supervivencia de la familia. Según una posible definición de cultura -toda aquella información capaz de modificar el comportamiento de los compañeros de especie, adquirida por imitación o aprendizaje-, el hallazgo implicaría que al menos tres especies de ballenas poseen algún tipo de transmisión cultural entre generaciones.

La evidencia es indirecta y complicada, aunque lo suficientemente convincente como para que Whitehead haya logrado superar los rigurosos controles de revisión científica de la revista Science, que ayer publicó el trabajo.Se trata de lo siguiente: tres especies de ballenas -la piloto, la asesina y la que los anglosajones llaman de esperma- muestran comportamientos de apariencia cultural. Por ejemplo, las madres parecen enseñar a las hijas algunas técnicas para alimentarse. Estas ballenas pasan toda su larga vida (60-90 años) en estrecha proximidad a las hembras de su familia, y las madres cuidan de sus hijas durante muchos años.

Whitehead ha demostrado ahora que precisamente esas tres especies tienen un bajísimo grado de diversidad en un tipo de genes (llamados mitocondriales) que sólo transmiten las madres, nunca los padres. Esa diversidad es mucho menor que la de otros cetáceos y que la del resto de los mamíferos, terrestres o marinos. También es mucho menor que la diversidad mostrada en el resto de los genes (los que transmiten tanto las madres como los padres) por las tres especies de ballenas en cuestión.

Esa inesperada falta de diversidad debe tener una explicación, y Whitehead ha descartado minuciosamente todas menos una: que las familias de ballenas cuyas hembras estén en posesión de ciertos conocimientos útiles para la supervivencia tengan mucho más éxito reproductivo que otras familias culturalmente empobrecidas.

El argumento es, como mínimo, sensato: si sólo una de cada diez familias posee esos conocimientos femeninos, sus genes mitocondriales (exclusivamente femeninos) tenderán a imponerse en la siguiente generación. A la larga, la diversidad mitocondrial se reduce al mínimo.

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