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El fallo de los lores amenaza la inmunidad de otros ex dictadores

Los expertos creen que los ex jefes de Estado acusados de represión corren el mismo riesgo que Pinochet

Ramón Lobo

Si la sentencia de los jueces lores británicos dejó a Augusto Pinochet bañado en lágrimas, otros muchos dictadores del mundo debieron recibirla con gran preocupación. Su impunidad tiene ahora límites concretos, los que marca el derecho internacional."Creo que muy pocos dictadores se van a atrever ahora a viajar fuera de sus países", asegura Diego López Garrido, catedrático de Derecho Constitucional, "han saltado por los aires tres normas claves: la territorialidad penal, la inmunidad soberana y la imprescriptibilidad; con esta sentencia se reconoce de forma clara que los crímenes contra la humanidad son delitos universales que afectan a todos por igual", añade.

Aunque el derecho internacional que nace de los tribunales de Núremberg en 1945 no distingue en la persecución del genocidio un jefe de Estado en activo de otro retirado, los primeros representan una dificultad política añadida. No es lo mismo capturar a un Slobodan Milosevic en el poder que a un Idi Amin Dada cómodamente exiliado en Arabia Saudí.

"Aquellos que tienen un pasado similar al de Pinochet deben estar alarmados, sus casos pueden empezar a moverse", asegura Javier Zúñiga, director del departamento de América de Amnistía Internacional en Londres, informa la agencia Reuters. Éstos son algunos de los casos más significativos.

Jorge Rafael Videla. Jefe de la primera Junta militar tras el golpe de Estado en Argentina en 1976. Condenado en 1986 e indultado en 1990. Se le considera responsable de la desaparición de más de 10.000 personas y del robo de recién nacidos a los detenidos. Se halla en arresto domiciliario. Los ex generales Leopoldo Galtieri (guerra de las Malvinas) y Reynaldo Bignone también corren peligro.

Alfredo Stroessner. Dictador paraguayo desde 1954 hasta 1989. Vive exiliado en Brasil, donde reside en un hermoso castillo. Su país fue una de las piezas claves de la Operación Cóndor en los años setenta y un santuario para numerosos nazis fugitivos de la justicia.

Jean-Claude Duvalier. Conocido como Baby Doc. Heredó el poder absoluto en Haití de su padre, François, fundador del siniestro régimen de los tonton macoutes, en el que unió las modernas técnicas de la represión con las creencias locales de brujería. Jean-Claude vive exiliado en Francia desde 1986. Ahora reside en un apartamento parisiense cedido por Adnan Kashogui. Dilapidó su vasta fortuna en casinos y fiestas.

Suharto. Dirigió Indonesia durante 32 años. Dimitió en mayo de 1998. Se le considera responsable de ordenar las purgas anticomunistas de 1965-1966, en las que murieron medio millón de personas, y de la represión permanente en Timor Este desde 1975 con el resultado de 200.000 muertos. La oposición a este ex general ve en el caso Pinochet un antecedente que puede permitir el juicio a Suharto por crímenes contra la humanidad. Vive en Yakarta. Durante su régimen, él y su familia amasaron una fortuna superior a los seis billones de pesetas.

Ne Win. General birmano de 87 años. Responsable del golpe de Estado de 1962. Se le acusa de la muerte de 3.000 estudiantes en el otoño de 1988. Vive retirado, protegido por la actual Junta militar.

Chun Doo-hwan. General. Gobernó Corea del Sur de 1979 a 1993. Se le responsabiliza de la represión estudiantil de 1980 en Kwangju. Fue condenado a cadena perpetua e indultado por el actual presidente, Kim Dae-jung.

Idi Amin Dada. Uno de los dictadores africanos más siniestros. Conocido como El Carnicero, dedicó sus años en el poder en Uganda (1971-1979) a exterminar a la oposición y a miles de civiles. Adicto a las naranjas (se come 40 al día), se encuentra exiliado en Arabia Saudí. Primero en Yeda, con todo lujo. Ahora en La Meca, de forma bastante más modesta.

Pieter Botha. Presidente surafricano durante una de las etapas más duras del régimen de segregación racial (1978-1989). Se le considera el autor político del asesinato de miles de negros. La Comisión de la Verdad y la Reconciliación en Suráfrica le señala como uno de los verdugos del apartheid.

Mengistu Haile Mariam. Dictador etíope. Derrocó al emperador Haile Selassie. Conocido como el Negus rojo, aplicó una versión radical del marxismo que acabó con la vida de 200.000 personas. Su disparatada política económica y la guerra con Eritrea crearon una gran hambruna en 1986. Fue expulsado del poder en 1991. Vive en Zimbabue pendiente de ser extraditado a su país por genocidio.

La lista podría ser larga si se incorporaran a ella los jefes de Estado en activo: Slobodan Milosevic, Sadam Husein o Muammar el Gaddafi son algunos de los que conciertan una mayor unanimidad. Pero hay más. Obiang, Fidel, Bánzer...

El general Francisco Franco, quien gobernó España con mano de hierro durante 40 años, fue, en realidad, un adelantado a estos tiempos adversos a los dictadores. Acabada la II Guerra Mundial, sólo salió una vez de España. Y fue para visitar a otro dictador en Portugal (Salazar). Acudió en barco protegido por tres cruceros y seis destructores.

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