Pujol pugna por mantener su hegemonía en el mundo económico catalán, que se acerca al PP

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujo

¿Cómo compagina el presidente de la Generalitat su discurso económico basado en la justa solidaridad interterritorial con la Declaración de Barcelona, en la que se ratifica que España es un Estado plurinacional? Esta pregunta le fue formulada a Pujol en la cena que un grupo de empresarios y directivos ofreció al presidente después de su conferencia en el Círculo de Economía, la que asistieron Josep Esteve, Joan Uriach, Artur Suqué, Joan Molins, Adriana Casademont, Leopoldo Rodés, Jordi Alberich, Rafael Vilaseca y Joan Molins, entre otros. A los representantes del mundo económico les resulta especialmente alarmante que CiU viaje en compañía del Bloque Nacionalista Galego (BNG) y el Partido Nacionalista Vasco (PNV), los otros dos firmantes el pasado mes de julio de la mencionada Declaración de Barcelona. De ahí que la pregunta, respondida por Pujol con regates en corto, registró este corolario confesado de forma coincidente por varios asistentes a la cena: "CiU sólo puede formular su pacto fiscal agotando la legislatura desde dentro del Gobierno". Homs y el "lobby" industrial En los prolegómenos de la misma cena, otros dos dirigentes históricos de Convergència, el municipalista Miquel Roca y el europeísta Pere Esteve, mantenían una reunión sigilosa protegidos por el mal disimulado claroscuro de la última fila de butacas del salón contiguo a la sala de actos del céntrico hotel en el que Pujol había pronunciado la conferencia. Muy cerca de allí, en un rincón más reservado del mismo establecimiento, el diputado nacionalista Francesc Homs recibía los mensajes del lobby industrial catalán representado por Fernando Casado, director del Instituto de la Empresa Familiar (IEF). Casado transmitió a Homs el deseo de los empresarios de que CiU tome parte activa en el Gobierno de España en coalición real con el PP, "ya que sólo así, desde dentro, se puede mejorar la redistribución de los ingresos sin levantar sospechas en otras comunidades autónomas". En medio de los argumentos de los empresarios resuena el eco del portavoz del Gobierno y ministro Josep Piqué, el protagonista en off de algunas de las preguntas del público asistente a la conferencia de Pujol y convidado de piedra en la cena subsiguiente. Sin mentar al ministro y portavoz, los operadores económicos aludieron al entrismo de Piqué como el ejemplo que seguir. Uno de ellos, el editor José Manuel Lara Bosch, más locuaz que florentino, aplaudió en la cena los argumentos de Pujol, pero le recordó que el problema del excesivo déficit catalán sólo será escuchado en el resto de España si el que habla es el presidente del Gobierno, José María Aznar. Pujol respondió al editor y a otras preguntas formuladas durante la cena con esta afirmación que resume lo ya anunciado en su conferencia: "Nosotros solos no tenemos capacidad para romper el caparazón de incomprensión y de ignorancia interesada que existe en toda España en torno al llamado problema catalán". Así, con esta contundencia, el presidente de la Generalitat quiso situar a quienes mostraron mayor interés a lo largo de la cena en una hipotética entrada de CiU en el Gobierno de España. Varias preguntas de los asistentes a la cena mantuvieron la misma línea y en cada caso la intervención fue de algún miembro del mencionado IEF, un instituto fundado en Cataluña, con el apoyo de los nacionalistas y en especial del propio Pujol, y que en la actualidad tiene su sede central en Madrid mientras que ha dejado en Barcelona una de su varias representaciones regionales. El mundo económico anhela su reencuentro con el centrismo político, el espacio en el que el PP catalán quiere colocar al portavoz Josep Piqué a costa de restar votos a CiU. Tanto en la conferencia como en la cena con los empresarios, Pujol evitó mencionar a Piqué. El presidente apareció en la cena acompañado de Joaquim Molins, portavoz de CiU y alcaldable por Barcelona, y del consejero de la Presidencia, Xavier Trias, a quien algunos de los asistentes señalan como futuro portavoz en el Congreso después de las próximas elecciones autonómicas y más adelante miembro de un posible Gobierno de coalición de los nacionalistas con el PP. Los empresarios reunidos anteanoche en la conferencia del Círculo de Economía suman apenas varios centenares de votos, pero su opinión resulta un filtro fundamental a la hora de obtener el consenso mayoritario. Conocedor del entramado de hegemonías que conforma la clase dirigente en Cataluña, Pujol aprovechó precisamente este medio para adelantarse en el ritmo del debate político que deberá mantener con Pasqual Maragall, que definirá las posturas de los dos grandes partidos en los próximos comicios autonómicos. El presidente de la Generalitat es uno de los socios fundacionales del Círculo de Economía y había sido invitado para dar una conferencia en este foro que ahora cumple 40 años de historia. Recientemente, el Departamento de Presidencia comunicó al Círculo la intención de Pujol de hablar en esa entidad sobre el déficit fiscal.