La Audiencia prohíbe a Codorníu vender botellas que imiten las de Freixenet Josep Ferrer seguirá en el consejo para tutelar el relevo generacional
La Audiencia de Barcelona ha dado la razón a Freixenet frente a su competidora Codorníu al prohibir a ésta última comercializar cava en las llamadas botellas esmeriladas o negras. Codorníu comercializaba bajo sus marcas Rondel y Delapierre botellas que los tribunales consideran "de uso exclusivo" de Freixenet. La dos marcas de Codorníu representan el 5% del mercado español del cava y una parte esencial de sus exportaciones. La Audiencia ratifica así un auto dictado hace un año por un juzgado de primera instancia.
La decisión de la Audiencia , en una sentencia de hace dos semanas, acaba con un largo procedimiento civil y establece el derecho exclusivo de Freixenet a la botella esmerilada de la marca Carta Nevada y la botella negra de Cordón Negro. Pese a los intentos en este sentido, ayer no fue posible obtener la opinión de directivos de Codorníu sobre la sentencia. La llamada guerra del cava tuvo su origen en un conflicto de intereses comerciales saldado con un rosario de intercambios de demandas judiciales en el que, según Josep Lluís Bonet, futuro presidente de Freixenet, esta empresa "ha sido víctima de una clara agresión de su competidor y de la hostilidad de determinadas administraciones". Bonet se refirió a la multa millonaria impuesta por el Ministerio de Agricultura por no envejecer nueve meses el cava como "una decisión sometida a revisión en diversos tribunales". Acabar con las diferencias Josep Ferrer, actual presidente y patriarca del grupo Freixenet, afirma que este contencioso ha sido visto en el extranjero como "una vulgar pelea entre competidores que ha afectado al sector, aunque sin perjudicar las ventas", y considera que "hay que acabar con estas diferencias y hacer una labor constructiva". Ferrer se mostró conciliador y prudente con su principal competidor, Codorníu, con el que ha mantenido en los últimos tres años la denominada guerra del cava, término que prefiere definir como "divergencias entre familias". "En este tipo de despropósitos el que decide es el mercado, que tiene sus propias ideas sobre la calidad de los productos, y el mercado nos ha dado la razón", explicó Josep Lluís Bonet apoyándose en unas cifras de ventas de 50.500 millones. Pere Ferrer, consejero delegado, añadió: "Somos el primer elaborador mundial de méthode champenoise". Josep Ferrer seguirá en el Consejo de Administración de Freixenet cuando deje su cargo, a finales de enero, para tutelar el relevo generacional. El actual presidente participará "de vez en cuando" en las reuniones de la comisión ejecutiva, órgano que se perfila como el centro de decisiones estratégicas del grupo, y quiere terminar con la guerra del cava para concentrarse en el crecimiento de la empresa. El organigrama de la compañía se completará con la creación de una vicepresidencia, hasta ahora inexistente. Este año las ventas en el mercado interior han crecido un 9%, con un mayor dinamismo en el caso del vino (especialmente vinos de mesa) frente al cava, que mantiene un aumento del 6%. Josep Ferrer prevé que la campaña de Navidad será "muy buena" y que a final de año aumentarán las exportaciones. Según Josep Lluís Bonet, "de cada 100 botellas de cava exportadas, 77 son de Freixenet". Sobre el liderazgo en el mercado español de cava, los directivos de Freixenet citaron datos de la consultora Nielsen que demuestran "empate técnico" con Codorníu. Freixenet ha completado la compra del 100% de la empresa Unió de Cellers de l"Anoia (productora del cava L"Aixartell) tras pagar 500 millones por el 50% que le faltaba, que estaba en manos del BBV. Ferrer dijo que el mercado está "muy caro" para aventurarse en adquisiciones en otras zonas vinícolas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.