_
_
_
_

Clinton dice en Japón que no sigue de cerca las audiencias

El presidente norteamericano, Bill Clinton, no puede escaparse del escándalo sexual que ha dominado el diálogo político en Estados Unidos en 1998. Durante su viaje a Asia de esta semana destinado a debatir la crisis económica que sufre la región, Clinton se vió obligado a responder a preguntas sobre su infidelidad matrimonial y dar sus opiniones sobre el testimonio del fiscal Kenneth Starr.Clinton siguió ayer la estrategia que ha practicado durante todo escándalo: dar la impresión de que está demasiado ocupado con asuntos gubernamentales para poder prestar atención al escándalo. Al ser preguntado en Tokio sobre las audiencias para su posible destitución se encogió de hombros y respondió: "No sé mucho de las audiencias. He estado trabajando en asuntos económicos y temas de la seguridad nacional de mi país y la verdad es que no puedo decir nada".

Más información
Uno de los principales asesores de Starr deja su puesto en protesta por la actuación del fiscal
El Congreso cita a cuatro nuevos testigos

Ayer fue la primera vez que los periodistas tuvieron la oportunidad de hacerle preguntas desde que el miércoles partieron de Washington hacia Asia. Durante el vuelo de 14 horas, Clinton no se dejó ver en la parte del avión reservada para los informadores, como suele hacer. El jueves, el día de la comparecencia de Starr, Clinton evitó hablar con la prensa.

El perdón de la familia

Pero el presidente norteamericano no podía evitar las preguntas de los ciudadanos japoneses, y éstos se convirtieron en la fuente de la pregunta más incómoda para Clinton. El jueves, durante un programa en una cadena de televisión, una mujer de Osaka le preguntó a través de satélite cómo había pedido perdón a su esposa e hija, y si le habían perdonado. "Pues lo hice de una manera muy directa y sin ambigüedades, y yo creo que sí me han perdonado", respondió. "Pero esa es una pregunta que ellas podrían contestar mejor que yo".La mujer, madre de dos niños, le hizo saber: "Yo creo que nunca sería capaz de perdonar a mi esposo si hiciera algo así". Los asesores de Clinton señalaron que la pregunta ni le molestó ni le sorprendió. De hecho, la presentadora del programa parecía más incómoda que su invitado estelar. "Cambiemos de tema", dijo enseguida.

Clinton no podía estar más lejos del Capitolio, donde el jueves comenzaron las audiencias sobre su posible destitución. Tokio está a casi 11.000 kilómetros de Washington, y sus adversarios sospechan que el presidente decidió hacer al viaje para distanciarse de la polémica y dejar que sus aliados realizaran su defensa sin que él se ensuciara las manos.

Más información en la página 58

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_