Hacienda pacta con UGT y CCOO y agrava el conflicto de los subinspectores

La dirección de la Agencia Tributaria alcanzó ayer un acuerdo con UGT y CCOO que pretende poner fin al conflicto de los subinspectores. La Agencia se compromete a integrar las especialidades del cuerpo de gestión (subinspección, recaudación, aduanas y gestión), a mejorar la carrera profesional y, de forma inmediata, a subir las retribuciones. Las asociaciones que representan a estos colectivos (5.885 funcionarios) no han suscrito el acuerdo y estudian medidas para paralizar la Agencia.

El acuerdo lleva la firma del director general de la Agencia Tributaria, José Aurelio García Martín, y ha estado precedido de intensas negociaciones en los últimos días. Se pretende poner fin al conflicto de subinspectores, que dura casi un año y es una de las causas de la crisis que vive la Agencia Tributaria.El acuerdo, suscrito con los representantes de UGT y CCOO, da un plazo de tres años para reorganizar todo el cuerpo de Gestión de la Agencia Tributaria, integrado por 5.885 funcionarios. En él están, además de los subinspectores, los encargados de gestión, recaudación, aduanas y contabilidad.

En ese plazo se llevará a cabo la unificación del colectivo, es decir, la desaparición de estas especialidades, con el fin de facilitar la movilidad. También se estudiará un aumento de las retribuciones que se justifica por "los nuevos retos que se van a derivar de la reforma del IRPF", según el texto del acuerdo.

Habrá una primera subida en diciembre y otra en enero de 1999 que no se especifican. Fuentes de la negociación señalan que habrá una paga de 40.000 pesetas en diciembre y una subida de 10.000 pesetas en enero. A los sindicatos UGT y CCOO se les da participación directa en todo el proceso, a través de una mesa de seguimiento del acuerdo.

Declaración de guerra

La solución acordada con estos dos sindicatos ha sido recibida por las asociaciones que dicen representar al 80% de este colectivo como una auténtica declaración de guerra. Señalan que UGT y CCOO no tienen implantación entre estos funcionarios y, por tanto, carecen de legitimidad para firmar un acuerdo en su nombre.Estas asociaciones, que han estado representadas por el sindicato CSIF, añaden que el acuerdo no resuelve el fondo del problema; es decir, que las tareas que realizan exceden de las competencias legales que tienen asignadas y piden por ello que se les dé posibilidades de promoción y retribuciones más altas.

El conflicto, hasta ayer reducido a los subinspectores, se extiende ahora a los demás colectivos afectados. En un comunicado conjunto, las asociaciones que les representan afirman que se encuentra en estudio "la adopción de medidas que pueden traer consigo la paralización del funcionamiento de la Agencia Tributaria". Según explican "se hará un trabajo de calidad y no de cantidad", lo que se traduce en una huelga de celo. La llevada a cabo hasta ahora por los subinspectores ha influido en el descenso de los resultados de la lucha contra el fraude, pero su extensión a los demás colectivos implicaría un retraso en las devoluciones de impuestos, problemas en aduanas y que no se paguen las nóminas de la Agencia, aseguran.