Clinton deberá decidir si solicita la extradición de Pinochet a EEUU
El "caso Letelier" y el asesinato del protagonista de "Missing", claves en la implicación del general
Estados Unidos, que en tiempos del presidente Richard Nixon apoyó a Augusto Pinochet en su sangriento golpe de Estado en 1973 y en la consolidación de su régimen dictatorial, podría sumarse a las acciones internacionales para que el general chileno responda de sus crímenes. Portavoces del Departamento de Justicia y la Casa Blanca aseguraron ayer a este periódico que Estados Unidos no ha adoptado todavía ninguna decisión sobre la posibilidad de solicitar al Gobierno británico la extradición de Pinochet, pero confirmaron la exactitud de la información publicada por EL PAÍS y dos diarios norteamericanos, según la cual existe una discusión al más alto nivel sobre ese asunto.
Altos funcionarios del FBI, los Departamentos de Justicia y Estado y el Consejo Nacional de Seguridad sopesan la conveniencia de pedir la extradición del general para que sea interrogado sobre su presunta implicación en cuatro asesinatos: dos cometidos en suelo norteamericano -los del exiliado chileno Orlando Letelier y su ayudante Ronni Moffitt- y dos de los que fueron víctimas en Chile ciudadanos norteamericanos -Charles Hornan, el protagonista de Missing, y Frank Teruggi-. "Justicia", confirmó ayer Bert Brandenberg, portavoz de ese departamento, "está investigando la conexión de Pinochet con esos casos y emitirá una recomendación en función de los hechos". Bradenger añadió que los funcionarios que debaten el asunto no han adoptado todavía ninguna recomendación que presentar a los responsables políticos. Janet Reno, en primer lugar, y Bill Clinton, en último término y tras consultar con el Consejo Nacional de Seguridad, tendrían que tomar la decisión.Fuentes anónimas del Departamento de Justicia citadas ayer por The New York Times señalaron que EE UU podría mover pieza si la Cámara de los Lores británica rechaza la extradición pedida por el Gobierno español. Washington pondría así todo su peso internacional y sus relaciones de complicidad con Londres al servicio de la causa contra Pinochet.
Desde su detención en Londres a petición del juez Baltasar Garzón, se ha reabierto en EE UU el debate sobre las relaciones de la superpotencia con el ex dictador chileno. Numerosos juristas y asociaciones de derechos humanos, al igual que una treintena de congresistas demócratas, le han pedido a Clinton que aproveche esta oportunidad para exorcizar los fantasmas de la relación de EE UU con Pinochet y probar su teoría de que los terroristas no deben encontrar ningún santuario en el planeta.
Pero, además de consideraciones políticas y morales, EE UU tiene cuentas concretas que saldar con Pinochet. La DINA, el servicio secreto del ex dictador, fue responsable del mayor ataque terrorista jamás ocurrido en Washington: el asesinato con coche bomba en 1976 del exiliado chileno Letelier y su asistente, la norteamericana Moffitt. Las investigaciones del FBI y de la fiscalía federal concluyeron con la detención, juicio y encarcelamiento de los terroristas -el norteamericano Michael Townley, los exiliados cubanos Virgilio Paz Romero y Dionisio Suárez y el capitán chileno Armando Fernández- y una acusación contra el general Manuel Contreras, jefe de la DINA.
Contreras, a petición de EEUU, fue encarcelado en Chile hace tres años y desde entonces ha afirmado que él siempre obedeció órdenes. "Sólo Pinochet, como suprema autoridad de la DINA, tenía el poder de ordenar las misiones que fueron ejecutadas; yo, en mi condición de delegado del presidente, sólo apliqué estrictamente las órdenes que recibí", escribió Contreras el pasado año en un documento enviado a la justicia chilena. Documentos secretos norteamericanos recién desclasificados confirman que EEUU siempre supo que Contreras actuaba por instrucciones expresas del dictador.
Larry Barcella, que fue el fiscal federal en el caso Letelier, cree que hay muchas razones para que la justicia norteamericana "le de otro vistazo" al caso Letelier. "Es el único acto de terrorismo patrocinado por un Estado que ha provocado muertes en la capital de EEUU", afirma.
El Instituto de Estudios Políticos, un organismo independiente de Washington para el que trabajaba Letelier en el momento de su asesinato, pide desde la detención en Londres de Pinochet que EEUU se sume a la campaña contra el dictador. La pasada semana, cientos de personas se concentraron con ese objetivo en el lugar donde murió Letelier.
Los otros dos crímenes por los que EE UU podría solicitar la extradición de Pinochet son la desaparición y asesinato en Chile de Charles Horman, un norteamericano que trabajaba allí como escritor y cineasta, y cuya historia fue contada en la película Missing de Costa-Gavras. El otro norteamericano que falleció en la represión que siguió al golpe fue Frank Teruggi, que colaboraba con una revista chilena de izquierdas.
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