Los científicos asocian el cambio climático con efectos catastróficos para la salud
La cumbre de Buenos Aires apunta a las medidas económicas para atajar el calentamiento
"No hay duda de que están aumentando las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera debido al uso de combustibles fósiles y los cambios en el uso de la tierra, y que los gases calientan la atmósfera; tampoco hay duda de que el clima de la Tierra ha cambiado". Así de rotundo fue ayer Robert Watson, presidente del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) de la ONU. Watson advirtió en la cumbre de Buenos Aires de que el cambio climático puede tener efectos catastróficos para la salud de los humanos.
ENVIADA ESPECIAL
Watson, que preside el organismo que lanzó la alerta del riesgo de cambio climático en 1990 y que actúa como cuerpo científico asesor de las actuaciones políticas internacionales en este ámbito, fue preciso en los datos que expuso ante la cumbre sobre el cambio climático que la ONU celebra en Buenos Aires: "En el último siglo, como media, el planeta se ha calentado 0,5 grados centígrados (0,8 grados en tierra y 0,3 en el océano". Explicó también que el cambio climático, si no se toman medidas, puede tener efectos catastróficos en la salud humana (incremento espectacular de los casos de malaria y de enfermedades asociadas al consumo de agua), y que "se puede hacer algo para prevenir y estar preparados: no hay una solución mágica, pero sí tecnologías y estrategias políticas para hacer frente al problema".El IPCC, en el que participan unos 2500 científicos de un centenar de países, emitió su segundo informe hace tres años y prepara ahora, para el 2000, un nuevo documento, en el que se recogerá tanto los más recientes avances en el conocimiento científico del clima y el cambio como los impactos económicos y sociales que tendrá.
En cuanto a la responsabilidad de la actividad humana en el calentamiento del planeta, no hay duda, resaltó Watson: "No podemos explicar lo que observamos en el clima sin tener en cuenta la acción del hombre durante el últimos siglo". Si no se toman medidas políticas globales para limitar las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera, dijo, el incremento de la población mundial y el desarrollo económico harán que dentro de cien años las temperaturas aumenten entre uno y 3,5 grados centígrados como media y el nivel del mar suba entre 50 y 95 centímetros.
Los científicos trabajan en todo el mundo ahora para intentar precisar los impactos regionales que tendrá el cambio global. Watson explicó que los modelos de predicción ya determinan alteraciones importantes en los patrones de lluvias, con un incremento significativo de las precipitaciones en algunas regiones y con sequías acusadas en otras ya de por sí secas.
Estos cambios tendrán efectos dramáticos en la población. Watson señaló, por ejemplo, que cabe esperar un aumento de la incidencia de la malaria de un 25% si se produce un calentamiento medio global de unos 3 grados centígrados. también será mayor la incidencia de dengue y de enfermedades relacionadas con el agua, como el cólera. Asimismo, señaló Watson, los expertos predicen un aumento de serios problemas de salud relacionados con temperaturas excepcionalmente altas en algunos sitios.
Watson no fue pesimista: "Podemos hacer algo. Hay tecnologías y políticas que se pueden utilizar". Destacó el mejor aprovechamiento de los combustibles, la extensión de fuentes de energía como la solar y la eólica, hacer más eficientes los sistemas de transporte y el consumo energético en edificios. También señaló la transferencia de tecnología como una clave para hacer frente a los cambios que se avecinan.
Ayer fue un día especialmente activo para los científicos en la cumbre de Buenos Aires. El Instituto de Conflicto Global y Cooperación (IGCC), puesto en marcha por la Universidad de California y presente en la reunión como ONG (organización no gubernamental) científica dedicó tres sesiones a poner al día a los políticos acerca del cambio climático brusco, el ciclo de dióxido de carbono en el sistema climático y los últimos avances en investigación que pueden facilitar el control de emisiones.
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