Los lores tienen la última palabra
El champán de Augusto Pinochet todavía está en el frigorífico, porque aún existe incertidumbre y la libertad no está garantizada, pero anoche el exdictador -cuyos crímenes nadie ha puesto en duda durante las tres jornadas que ha durado la vista de su apelación contra la detención preventiva para su extradición a España para responder de esos delitos- podía estar más confiado. Si los lores ratifican la sentencia de ayer, podrá volver a Chile como un hombre libre.El fiscal Alun Jones, que ha defendido ante el tribunal del juez-jefe de Inglaterra y Gales el punto de vista del juez Baltasar Garzón, pidió permiso a lord Bingham para apelar. El abogado de Pinochet, Clive Nicholls, señaló que en vista del sólido fundamento de la sentencia, que a él le había permitido ganar por goleada, tal apelación no debería realizarse. Pero Bingham accedió y pidió urgencia en el caso, en vista de las implicaciones internacionales.
Jones se comprometió a elevar su recurso a la Cámara de los Lores el próximo lunes, para lo que también pidió urgencia en la redacción de la sentencia a Bingham. El propósito es aclarar cuanto antes el caso y si el asunto se resolviera la semana que viene sería algo con tan pocos precedentes que nadie ayer recordaba un caso de semejante celeridad.
La Cámara de los Lores es la Cámara alta del Parlamento británico, una antigualla constitucional formada por unas 1.250 personalidades no elegidas en las urnas que tiene un limitado, pero cierto, poder de veto sobre los actos del Gobierno. Tony Blair desea hacerla más democrática y planea eliminar de ella a los más de 750 lores que están allí por derecho de cuna, sin mayores méritos.
Entre quienes han hecho méritos deben considerarse los 26 law lords (Lores de Apelación) elevados a la Cámara para asistirla en sus labores judiciales. La Cámara de los Lores constituye la última instancia de apelación para casos civiles en el Reino Unido y para casos penales en Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte. En esta vertiente, Escocia queda fuera por la independencia del sistema judicial escocés. Cuando la Cámara de los Lores actúa como apelación última encarga esa misión a los law lords, cinco de los actuales constituyen al efecto un tribunal. Las causas ante tan alta instancia se suelen alargar bastante tiempo, pero ayer se consideraba posible que, en vista de la trascendencia del caso Pinochet, se produjera un proceso de rapidez meteórica. Algunas fuentes que trabajan en el sistema judicial británico estimaban que si Pinochet sigue detenido el caso podría verse en cuestión de una semana y ampliaban el plazo a dos o tres en caso de que logre la libertad bajo fianza. Las mismas fuentes también consideraban como altamente improbable que los lores fueran a desautorizar los argumentos de uno de ellos, nada menos que lord Bingham, el juez-jefe de Inglaterra y Gales.
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