La ONU advierte de que las ayudas al desarrollo caen a mínimos históricos
La ayuda pública al desarrollo ha caído hasta mínimos históricos, según se afirma en el último informe sobre la pobreza hecho público ayer por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que hace un balance de los resultados obtenidos desde la celebración en 1995 de la Cumbre Mundial para el Desarrollo Social, celebrada en Copenhague. El objetivo de la ONU es que las ayudas al desarrollo alcancen el 0,7% del PIB de los países ricos, pero el porcentaje ha disminuido hasta el 0,22%. Los siete países más ricos (el llamado G-7) se comportan aún peor, y sólo aportan el 0,19%. El documento de la ONU, titulado Superar la pobreza humana, subraya que un tercio de las personas que viven en países subdesarrollados viven con menos de un dólar diario. Aproximadamente un 30% de los niños menores de cinco años que viven en el Tercer Mundo sufren malnutrición, y el 38% de las mujeres adultas son analfabetas, según el PNUD. El informe señala que desde la cumbre de 1995, un 80% de los países ha hecho estimaciones de la pobreza, y un 60% ha formulado planes para afrontar este problema, pero sólo un 30% se ha fijado metas y plazos concretos para superarla como se sugirió hace tres años.
Según el máximo responsable del PNUD, James Gustave Speth, la eliminación de la pobreza humana, concepto que además de los ingresos tiene en cuenta factores como la alfabetización, la salud y una alimentación suficiente, "es un imperativo moral", y vivir en condiciones dignas es un derecho humano.
El informe recuerda que el crecimiento económico no es garantía de reducción de la pobreza, aunque una desaceleración de la producción de un país o una recesión sí pueden agravar la situación de los pobres.
Túnez aparece citado como uno de los países donde la pobreza ha disminuido de forma espectacular (del 22% al 6% de la población), aunque el crecimiento de su PIB ha sido moderado (2,2% anual). Ello se ha debido a políticas combinadas en materia de inflación, inversión y empleo, especialmente en áreas rurales, y también a iniciativas específicas de desarrollo.
Crisis financiera
Speth señaló que los plazos de elaboración del informe no han permitido estudiar el impacto que la crisis financiera ha tenido en muchas economías emergentes, pero, pese a ello, se prevé un aumento alarmante de los índices de pobreza en países como Tailandia o Indonesia. El informe destaca la desigualdad persistente entre ricos y pobres, especialmente en Latinoamérica y el Caribe, donde el 20% más pobre recibe sólo el 4,5% del ingreso nacional. El PNUD, que promueve programas de desarrollo, estima que la lucha contra este fenómeno debe ser una prioridad y convertirse en el centro de la estrategia de desarrollo de cada país. Sostiene, además, que los proyectos deben basarse en la movilización social y tener especialmente en cuenta los intereses de las zonas rurales.
Las políticas deben concentrarse también en la protección medioambiental, por ser los pobres los que más sufren el deterioro de los recursos naturales. Otro aspecto que debe potenciarse es la igualdad entre los sexos, ya que las mujeres son a menudo las que más sufren las consecuencias de la pobreza.
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