Pujol pide una ley de extranjería que integre a los inmigrantes en la escuela

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, defendió ayer la modificación de la Ley de Extranjería como la mejor solución para integrar a los inmigrantes en la sociedad catalana y evitar los guetos que se producen en algunas escuelas públicas. En un acto organizado por la Universitat Oberta de Catalunya en torno al uso de las nuevas tecnologías, reconoció públicamente que hay padres "autóctonos" que sacan a sus hijos de las escuelas públicas donde se concentran los inmigrantes.

"La administración educativa no puede hacer nada", señaló Pujol, "porque los padres tienen libertad de elección de centros". La nueva ley, dijo, "debe ser integradora, porque se trata de no excluir a las personas que formarán parte de los seis millones de catalanes del futuro", y recordó que CiU ya presentó al Congreso una proposición de ley con el objetivo de reforzar y garantizar los derechos de los extranjeros que no prevé la actual legislación. La respuesta del PSC no se hizo esperar. El diputado autonómico Magí Cadevall considera que Pujol pretende confundir a la opinión pública: "El problema no es cambiar la Ley de Extranjería, sino que la Administración catalana se implique de verdad en tratar de evitar los guetos escolares". El texto de la nueva ley que propone CiU determina que los inmigrantes, además de tener derecho a una enseñanza básica gratuita, puedan acceder a ayudas y becas escolares. Algunas asociaciones de inmigrantes opinan que estas becas de estudio les permitirán saltar las barreras económicas que actualmente les ponen algunos centros concertados, una práctica que el propio consejero de Enseñanza, Xavier Hernández, calificó de "sibilina". El diputado del PSC cree que esto no va a solucionar el problema. "Estas becas pueden servirles para acceder a la Universidad, pero no para la enseñanza obligatoria, que en la actualidad ya es gratuita también para ellos". Según Cadevall, lo que debe hacer la Generalitat "es seguir el ejemplo de Vic y Manlleu, y repartir a los alumnos entre los centros que reciben dinero público". En su opinión, para impulsar la "acción solidaria" de las escuelas privadas que han aceptado este reparto, Enseñanza debería subvencionarles totalmente las aulas infantiles. El presidente de la Generalitat afirmó que considera positivas las experiencias que se han llevado a cabo en los municipios de Manlleu y Vic, donde por iniciativa de educadores y ayuntamientos se ha distribuido a los alumnos inmigrantes entre todas las escuelas. Pero acto seguido añadió que no está de acuerdo en generalizar este tipo de reparto al resto de Cataluña, porque "experiencias como la norteamericana han demostrado el fracaso de este modelo". Pujol indicó que el papel primordial en la integración corresponde a los ayuntamientos, aunque reconoció que es más fácil cumplirlo en pequeñas o medianas localidades que en ciudades como Barcelona. Y añadió que esa integración no debía limitarse al terreno educativo, sino extenderse también al de la vivienda. Sobre los padres que sacan a sus hijos de centros públicos donde se concentran alumnos de origen extranjero, especialmente magrebíes y subsaharianos, Pujol subrayó que cuando hablaba de "autóctonos" se refería también a los que "viven y trabajan en Cataluña desde hace 20 o 30 años". Este fenómeno se produce en lugares de larga tradición inmigrante, como el Maresme, donde descendientes de los inmigrantes procedentes del resto de España que llegaron a Cataluña durante los años cincuenta y sesenta matriculan a sus hijos en escuelas privadas para evitar que vayan a clase con extranjeros.