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La universidad guarda silencio sobre su polémica prueba de selectividad

Las universidades públicas madrileñas optaron ayer por el silencio después de conocer que varios catedráticos y prestigiosos expertos en física advertían sobre la irresolubilidad de uno de los problemas incluidos en la convocatoria de septiembre. La comisión interuniversitaria responsable de la elaboración de los exámenes volvió a reunirse ayer, pero prefirió capear el temporal y no incluir en el orden del día ninguna referencia a ese problema que ha despertado las suspicacias entre los científicos.

Dos catedráticos de física corroboraron a este periódico (véase EL PAÍS de ayer) que uno de los problemas con el que se enfrentaron los alumnos provenientes de COU se encontraba mal formulado y no podía resolverse de manera adecuada. Según estas autoridades en la materia, dos de los aspectos del enunciado -el valor de la fuerza y la velocidad constante- se contradecían entre sí, por lo que los estudiantes podían perder buena parte de su tiempo en desentrañar el misterio. El ejercicio se valoraba con cuatro puntos sobre el total de diez del examen. Unos 2.500 jóvenes se enfrentaron a la prueba de física, y más de un millar de ellos eligió el problema que ha generado la polémica.

El coordinador general de física de la selectividad, el catedrático de la Escuela Superior de Telecomunicaciones José María de Juana, rehusó ayer abundar en la polémica o enviar, como había prometido un día antes, la solución que él consideraba correcta para el ejercicio. "Son cosas técnicas, hay que empezar a poner ecuaciones y no tiene mucho sentido que les remita esa información", objetó.

Respuesta en el aire

El profesor De Juana aseguró que la comisión interuniversitaria (que integran la Complutense, la Politécnica, la Autónoma, Alcalá y la Carlos III) estaba elaborando una respuesta, pero ésta no se produjo durante todo el día. Uno de sus integrantes confesó a media tarde: "Ese tema no está en el orden del día". Así las cosas, nadie se hizo ayer responsable del posible error cometido en el enunciado. Tampoco dio la cara ningún responsable que aportara una alternativa al razonamiento según el cual había un gazapo considerable en ese ejercicio. Entre quienes avalaron la tesis de que el problema estaba mal formulado se encuentra el catedrático Fernando Flores Sintas, de la Universidad Autónoma de Madrid.Diversas fuentes universitarias admitieron ayer, por otro lado, que ya en la convocatoria del mes de junio de la selectividad madrileña se había colado un error en el planteamiento de uno de los problemas de química para los examinandos de LOGSE.

En concreto, el ejercicio podía resolverse en sus primeros pasos, pero llegaba un punto a partir del cual se hacía irresoluble. Las universidades sortearon el problema anulando esa última parte de la pregunta y evaluando según el razonamiento previo.

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