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Van Gogh atrae a 200.000 personas en Washington

La capital de EE UU expone también los "goyas secretos" del Banco de España

"Diez cosas que usted puede hacer en Washington si no tiene reservas para Van Gogh", titulaba The Washington Post su último suplemento de ocio del fin de semana. Y es que con 200.000 reservas hechas y un límite de admisión de unas 4.000 personas al día, intentar visitar, sin cita previa, la exposición de Vincent Van Gogh abierta el domingo en la National Gallery de la capital estadounidense es una tarea aún más difícil que entrevistar a Monica Lewinsky. La muestra cuenta con 70 lienzos del pintor holandés, procedentes de museos de Amsterdam y París.

El domingo, el primer día de apertura, sólo 4.025 personas pudieron recorrer las 10 salas dedicadas a la exposición, y ello a un ritmo de unas 25 personas por sala cada minuto. De ellas, la mayoría exhibían sus reservas y tan sólo 1.600 eran gente que había pasado horas, hasta once horas, en cola para hacerse con los limitados pases del día. Los tres primeros afortunados en este último grupo -Ryan Downs, Nathan Williams y Lowell Meyer- tuvieron su minuto de fama al ser entrevistados por todas las cadenas de televisión estadounidenses como protagonistas de una proeza.En esta capital del imperio norteamericano que delira de fiebre por el escándalo de sexo y mentiras provocado por la relación entre el hombre más poderoso del planeta y la becaria de la Casa Blanca, la exposición de Van Gogh es el único acontecimiento que este otoño ha logrado abrirse un hueco en las monotemáticas conversaciones de sus habitantes.

La muestra cerrará sus puertas en la National Gallery el próximo 3 de enero, para viajar durante tres meses a Los Ángeles. El interés que ha despertado en Estados Unidos se explica por la inmensa popularidad del pintor holandés en este país. Van Gogh es aquí un fenómeno de masas, un producto cultural y comercial para todos los públicos y todos los gustos.

"Van Gogh es el Elvis Presley del mundo del arte", dice Deborah Ziska, una de las organizadoras de la exposición en la National Gallery. Ziska confirma que la institución washingtoniana espera recaudar una gran cantidad de dinero con la venta de carteles, tazas de café y alfombrillas para ratones de ordenador con reproducciones de obras del holandés. Una empresa privada también ha sacado a la venta en EE UU muñecas Barbie con trajes estampados con las célebres flores de girasol de Van Gogh.

Atracción turística

"Van Gogh", dice Philip Conisbee, responsable de los fondos europeos de la National Gallery, "es una atracción turística y mediática. Todo el mundo sabe que fue pobre, solitario y algo loco, y todo el mundo conoce el célebre episodio en el que se cortó una oreja".Para los especialistas, la exposición tiene también el valor de presentar por primera vez en el extranjero algunos de los tesoros del pintor que guardan celosamente los museos holandeses.

Pero la capital norteamericana es también escenario estos días de otra exposición, ésta mucho más secreta. La Reserva Federal expone 13 obras procedentes de la colección del Banco de España, tres de ellas lienzos de Goya: los retratos del conde de Floridablanca, Francisco de Cabarrús y el conde Altamira. Rodrigo Rato inauguró el domingo esta muestra, que se empeñó en traer a Washington el poderoso Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal, y que permanecerá abierta hasta el próximo 4 de diciembre.

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