"El perro es mío"
El 20 de octubre es un día señalado en el calendario de las sociedades protectoras de animales. Gracias a la denuncia de su asociación de Mieres (Asturias), un leonés se sentará en el banquillo por haber arrastrado a su propio mastín a lo largo de tres kilómetros de una carretera comarcal, atado al guardabarros trasero de una furgoneta.Fue en Caldas de Luna (León) el pasado mes de junio. El perro murió despellejado, las patas en carne viva y echando espumarajos por la boca. El agresor cometió su hazaña en presencia de siete paseantes asturianos que lograron interceptar el vehículo e incluso tomaron fotografías del animal y del rastro de sangre que éste fue dejando en la calzada, lo que facilitó la acusación de su dueño.
Cuando estos testigos increparon al conductor por su acción, José Ramón Chacón, contestó: "El perro es mío".
Al menos así consta en la denuncia presentada ante la Guardia Civil. Otras quejas sobre el mismo caso se han planteado en la Delegación del Servicio de Agricultura y Pesca de la Junta de Castilla y León -por infracción de la Ley Autonómica de Protección Animal aprobada en 1997-y en el Ayuntamiento de Sena de Luna donde reside el imputado.
Los denunciantes cuentan con sus propios testimonios y con las pruebas gráficas aportadas al tribunal -uno de los testigos es fotográfo y logró disparar seis veces su cámara- para que éste sea "un juicio ejemplar". Un juicio que consiga dar la vuelta a la situación de impunidad con que algunos se permiten maltratar a sus animales.
Y para que el juez no se crea la excusa del imputado: que no tenía dinero para pagar la inyección letal (entre 3.000 y 8.000 pesetas) que acabara más limpiamente con la vida del mastín. Ya saben que, como mucho, su dueño pagará su daño con una multa de 60 días.
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