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González critica el proyecto de Blair y Clinton para modernizar la izquierda

Pilar Bonet

El ex jefe del Gobierno español, Felipe González, se ha mostrado escéptico sobre los posibles resultados de la llamada cumbre Tercera Vía, que se celebra la semana próxima en Nueva York, bajo los auspicios de Bill Clinton y Tony Blair para intercambiar ideas sobre el modelo de desarrollo norteamericano y europeo. En una entrevista que publica hoy el semanario alemán Die Zeit, González expresa el temor de que la cumbre pueda convertirse en un espectáculo sin contenido, con un desarrollo parecido al de las "telenovelas", cuyo guión se escribe sobre la marcha en función de las encuestas a los espectadores.González confiesa no tener "grandes expectativas" ante la cumbre en sí misma, y añade que ésta ha sido "preparada más en función de los medios que en función de los contenidos". El político subraya que "la búsqueda de nuevas respuestas es necesaria", y agrega que él y la comisión Progreso Global que dirige están también trabajando en esta búsqueda. "Mi preocupación, sin embargo, es que puestas en escena como ésta se desarrollen como las telenovelas". Según González, el redactar el guión de una telenovela basándose en encuestas al público es una "receta de éxito", pero no el camino para resolver problemas. "Si se buscan nuevas ideas políticas de este modo, la política se reduce a una telenovela, lo que no tiene nada que ver con el líderazgo y el moldeado del cambio social. Se trata de una vía equívoca".

Problema cultural

A la pregunta sobre la posible competencia de la iniciativa de Clinton y Blair con el trabajo de la comisión Progreso Global, González considera como positiva una amplia participación en el debate sobre una nueva política ante los desafios de la globalización de la economía y de los mercados financieros. Advierte sin embargo, que él personalmente tiene "un problema cultural" con el concepto de "tercera via", ya que, como español, asocia esta expresión con las consignas de los fascistas y los nacionalsocialistas, que no estaban ni por el capitalismo ni por el comunismo. "Por eso prefiero hablar de una plataforma de ideas, y concretamente de nuevas ideas, que se adapte a las nuevas realidades, más allá de los modelos sociales y económicos superados".González cree que Europa puede aprender sentido de la responsabilidad e iniciativa del modelo americano, pero afirma que el modelo europeo se basa en una "elevada cohesión social". Los think tanks de los demócratas norteamericanos no tienen problemas con los conceptos sobre America como potencia hegemónica, pero carecen de idea sobre cómo parar la desintegración de la sociedad americana, opina. "Saben mucho sobre la política de gran potencia, pero no tienen ningún proyecto para la cohesión social", dice González, que pone como ejemplo el modelo de reforma sanitaria de Clinton, que se orientaba hacia el modelo europeo: "El presidente de la primera potencia mundial puede enviar 850.000 soldados al Golfo, pero no puede reformar el sistema de salud", señala. González cree que el saneamiento del Estado del Bienestar es una responsablilidad tanto de los socialdemócratas como de los demócrata-cristianos europeos, ya que ambos han formado ciudadanos pasivos, en lugar de impulsarlos hacia la iniciativa y la autorresponsabilidad.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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