La herencia de Caneja se reparte entre cinco museos
El legado del pintor Juan Manuel Díaz Caneja (Palencia, 1905-Madrid, 1988) se expone desde ayer en el Círculo de Bellas Artes, de Madrid, tras realizar este verano un recorrido por Segovia y Palencia, organizado por la Fundación Don Juan de Borbón. Los 39 cuadros expuestos fueron legados por la viuda del pintor, Isabel Fernández, al Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), de Valencia, en 1996. Tras su muerte, al año siguiente, se han repartido ahora 150 cuadros en cinco museos.El periodista y escritor Javier Villán, albacea del legado, confirmó ayer que en el reparto definitivo se destinan 30 cuadros al IVAM; 15, a la Fundación Díaz-Caneja, de Palencia; 35, al Museo Nacional Reina Sofía; 60, al Museo de León, y 16, al Museo Municipal del Ayuntamiento de Madrid.
Tras su paso por Segovia y Palencia se presentó ayer en el Círculo de Bellas Artes, patrocinada por la Fundación ICO, la exposición de 39 cuadros de Caneja que tiene en sus fondos el IVAM, valorados en 100 millones de pesetas a la entrega del legado. El montaje se abre con una pareja de novios de 1931, sigue con un bodegón de 1943 y termina con un paisaje con lago de 1985, por lo que se recorre todas las etapas del pintor.
Color y luz
El director del IVAM, Juan Manuel Bonet, declaró ayer que Caneja es "un personaje muy atractivo donde se unen las condiciones de vanguardista y hombre solitario". En Madrid abandona los estudios de Arquitectura, y en los años veinte conoce en el estudio de Vázquez Díaz la pintura y el cubismo.En los años treinta, Caneja se vincula a las vanguardias, en especial el surrealismo y el cubismo, y viaja a París, donde conoce a Picasso. Se vincula en Madrid al grupo de Vallecas, con Alberto, Palencia, Mallo y Castellanos, "en busca de un enraizamiento de la vanguardia a través del paisaje castellano".
Juan Manuel Bonet opina que la propuesta personal de Caneja se centra en la geometría, "tramos geométricos donde se filtra el color y la luz castellanos, como en una Castilla ideal, la de su Tierra de Campos, con ocres, grises, amarillos y azules". Añade que es un pintor reiterativo, que asedia un motivo, como ocurre con Morandi o Luis Fernández. "No es abstracto pero su figuración de frascas o farolas llega a la abstracción".
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