España estrena este curso la más amplia escolarización obligatoria de su historia

España ha tardado 20 años en ampliar el periodo de escolarización obligatoria y colocarse así en el grupo de los países desarrollados. En 1978 lo propuso por primera vez Raúl Vázquez, entonces director general de Enseñanzas Medias con el Gobierno de UCD y ahora viceconsejero de Educación de la Comunidad de Madrid en el Ejecutivo de Alberto Ruiz-Gallardón. Las resistencias del sector económico de los Gobiernos centristas obligaron a arrinconar el proyecto de ampliación, que fue retomado y puesto en marcha por los socialistas años más tarde, en 1990, con la aprobación de la LOGSE.El calendario de la reforma educativa ha ido pasando hojas y, tras llevarse por delante a la EGB, llega ahora a los años difíciles, a una verdadera cuesta arriba que exige recursos económicos, humanos y materiales muy por encima de las necesidades normales de cualquier sistema educativo bien establecido.

En el antiguo sistema, la escolarización obligatoria abarcaba de los 6 a los 14 años. Su ampliación se está produciendo no sólo en los dos años de arriba (14-16), sino también por abajo (3-6), un tramo que no es obligatorio, pero que para dos terceras partes de los alumnos es financiado con fondos del Estado. El gasto público educativo también se verá incrementado en unos 33.000 millones por la financiación a numerosos centros privados en tramos que anteriormente no estaban concertados.

Revolución en el instituto

La puesta en marcha generalizada del tercer curso de la ESO supondrá este año una revolución en la vida diaria de los institutos que no habían anticipado la reforma. Sus aulas recibirán a gran número de alumnos que con el anterior sistema se habrían encaminado hacia la antigua formación profesional, a menudo forzados por un bajo rendimiento, o que simplemente habrían abandonado los estudios.Esta sustancial modificación académica y social del mapa del alumnado de secundaria ha generado en los centros problemas de disciplina y de rendimiento, y ha hecho cundir el desánimo profesional entre los profesores, acostumbrados a tratar con alumnos que, con más o menos convicción, habían elegido seguir estudiando.

Los expertos consideran que sin recursos suplementarios será imposible abordar en condiciones de calidad la atención a la diversidad de un alumnado no seleccionado y cada vez más heterogéneo, por oposición al anterior, que era mucho más homogéneo.

El incremento presupuestario previsto por el Gobierno central para el territorio que durante este cuatrimestre seguirá administrando el ministerio (Aragón, Asturias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura, Madrid y Murcia) es del 6%, una cifra inferior al 6,8% de este año, lo que para los sindicatos y la oposición constituye un crecimiento rutinario e insuficiente. El ministerio considera que, con una previsión de inflación del 1,8%, el 4,2% restante garantiza un "decisivo impulso", en palabras de Esperanza Aguirre, especialmente teniendo en cuenta el descenso de 40.000 alumnos (102.000 en todo el país).

La ministra, que el curso pasado centró la mayor parte de sus energías políticas en la polémica de las humanidades, se propone mantener encendida la llama con las 20 medidas que esbozó este verano para el territorio MEC. Además de retocar los horarios para aumentar el número de horas semanales de lengua y literatura (tres horas más en el conjunto de la ESO), matemáticas y ciencias sociales (dos horas más), fundamentalmente a costa de las materias optativas, el ministerio organizará en cuarto de EGB tres bloques optativos de tres materias cada uno. Serán el científico-humanístico, el científico-técnico y el técnico-práctico.

Aunque las comunidades podrían rechazar los cambios, el ministerio confía en que su iniciativa sirva de motor para el reforzamiento de las humanidades.